Jinámar y Guayadeque albergan sólo 128 y 29 unidades de estos endemismos
El Gobierno canario prevé aumentar los ejemplares y vallar sus poblaciones
La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del Gobierno de Canarias ultima una serie de planes para la recuperación de dos endemismos locales de Gran Canaria, la yerbamuda de Jinámar y la escobilla de Guayadeque, catalogadas como especies amenazadas en peligro de extinción.
El rescate que promueve el departamento regional para estas dos plantas obedece a la situación crítica que viven estas dos plantas, la Lotus kunkelii y la Kunkeliella canariensis, con unas poblaciones de apenas 128 y 29 ejemplares adultos.Los planes para la recuperación de ambas especies persiguen incrementar el número de ejemplares para su distribución en su actual núcleo y en otros dos nuevos emplazamientos en el mismo ámbito.
Asimismo se procederá al vallado tanto de las actuales poblaciones como de las nuevas, la recolección de semillas de buena parte de la actual población para su conservación en banco de germoplasma y la eliminación de sus factores de amenaza.
Los planes de recuperación prevén además la elaboración y distribución de material divulgativo para la concienciación social sobre la grave situación por la que pasan estas dos especies endémicas locales del este y sureste de Gran Canaria. Los programas para el rescate de la yerbamuda de Jinámar y la escobilla de Guayadeque se han presupuestado en 78.800 y 52.500 euros y se ejecutarán en cinco años.
El Cabildo de Gran Canaria deberá nombrar los respectivos directores técnicos que se encargarán de su gestión. Se considerarán conseguidos los objetivos de estas intervenciones cuando se alcancen las poblaciones de 5.000 y 600 ejemplares reproductores.
La única población de la Lotus kunkelii determinó la declaración de su ámbito como espacio natural en 1987 y su reclasificación posterior con la figura de sitio de interés científico. La Kunkeliella canariensis, por su parte, se encuadra en el monumento natural de Guayadeque.
Vía: La Provincia, 18/10/08
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