"Novedad. Cosa nueva y no acostumbrada. Suele ser peligrosa por traer consigo mudança de uso antiguo" (SEBASTIÁN DE COVARRUBIAS) 1539-1613

"No se desea lo que no se conoce" (NASÓN, PUBLIO OVIDIO) 43 AC-17 DC

viernes, octubre 14, 2011

Dichos populares II


Autor: Francisco Ibáñez
F: Increible pero mentira

¿Un micólogo?


Autor: (Jean-Richard Geurts) Janry
F: Spirou

Neologismos


Autor: (Jean-Richard Geurts) Janry
F: Pequeño Spirou

Estudiando la materia III


Autor: (Jean-Richard Geurts) Janry
F: Pequeño Spirou

Identificación IV


Autor: Gosho Aoyama
F: Metinai Conan

Nombres


Autor: Jiro Taniguchi

Identificación III

Autor: Jiro Taniguchi

Estudiando la materia II


Autor: Jiro Taniguchi

jueves, octubre 13, 2011

Identificación II


Autor: Gosho Aoyama
F: Metinai Conan

Identificación


Autor:Gosho Aoyama
F: Metinai Conan

La flexibilidad genética permite la supervivencia vegetal pese al cambio climático

El cambio climático repercute en el conjunto del planeta, y la eficacia de cada uno de sus seres vivos a la hora de adaptarse a sus consecuencias puede determinar su capacidad para sobrevivir. Científicos de Austria y Estados Unidos acaban de publicar un estudio en el que aseguran que la genética podría desempeñar un papel trascendental en la manera en que la planta Arabidopsis thaliana responde a las variaciones de su entorno. Este trabajo publicado en la revista Science puede resultar de utilidad para hallar la base molecular de la adaptabilidad de otras plantas al cambio climático.

En comparación con los animales, los vegetales se encuentran en desventaja para hacer frente al cambio climático, ya que no se pueden desplazar. Pero científicos de la Universidad Brown (Estados Unidos) han observado que las plantas también cuentan con armas para poder sobrevivir.

Estudiando la planta europea común A. thaliana, dieron con la firma genética que rige su capacidad para sobrevivir y reproducirse en diversos climas. El conjunto de genes heredado por la Arabidopsis viene determinado por el clima y condiciona que la planta saque el máximo partido a sus recursos de supervivencia y reproducción. Según los autores, el conjunto de genes que determina esta capacidad depende de las condiciones del clima en el que viva la planta, sea frío, cálido, seco, húmedo, etc.

«Se trata del primer estudio en mostrar la adaptación evolutiva de la Arabidopsis thaliana en una escala geográfica amplia, y también el primero en relacionarla con factores moleculares», aseguró uno de los autores, Johanna Schmitt, directora de la «Iniciativa sobre Cambio Medioambiental» de la Universidad Brown. «El agente selectivo es el clima.»

«También existe una flexibilidad evolutiva que permite a las plantas tomar un rumbo u otro», explicó el primer firmante del trabajo, Alexandre Fournier-Level, post-doctorando en Brown. «Nos da esperanzas el ver que, efectivamente, se está adaptando.»

En alusión al hallazgo logrado con este estudio, la Dra. Amity Wilczek, del Deep Springs College (Estados Unidos), otro de los autores del estudio, declaró: «Hemos hecho un trabajo colosal, puesto que hemos seguido más de 75 000 plantas sobre el terreno, desde cerca del Círculo Ártico hasta el litoral mediterráneo. Arabidopsis thaliana es una planta anual, lo que nos permitió medir el grado de éxito de cada ejemplar durante toda su vida en un solo año. Recogimos ejemplares de diversos climas autóctonos y también cultivamos algunos de cada clase en cuatro huertos situados en cuatro ubicaciones distintas de Europa. Las plantas cultivadas por nosotros mismos las enviamos a Brown, y entonces empezó la laboriosa tarea de contar los frutos de estas plantas. Al final conseguimos reunir un conjunto de datos muy grande y exhaustivo gracias al cual hemos podido comprender los requisitos para que cada planta prospere en su entorno natural bajo una amplia gama de condiciones climáticas.»

Ahora que se conocen los mecanismos moleculares que pueden dotar a la Arabidopsis de la flexibilidad genética necesaria para hacer frente a las dificultades climáticas, puede resultar más fácil comprender de qué manera el clima motiva modificaciones genéticas en otras plantas.

En el estudio participaron también especialistas del Instituto Gregor Mendel de la Academia Austriaca de las Ciencias.

 Vía: Cordis, 10/10/2011

Los ecosistemas modernos y su sensibilidad a los efectos del cambio climático

Los animales migran en busca de condiciones propicias para su supervivencia. Este fenómeno se acentúa cuando se produce un cambio de ciclo climático, de cálido a frío o viceversa. Ahora investigadores de Dinamarca y Reino Unido han obtenido información novedosa sobre la rapidez con la que ciertas especies tuvieron que migrar en el pasado para adaptarse a cambios del clima. Los descubrimientos se han publicado en Science y muestran cómo especies con un hábitat reducido (la mayoría de las que componen la fauna del planeta) se han establecido en zonas en las que no se han producido migraciones intensas.

Los investigadores, de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) y de las Universidades de Cambridge, East Anglia y Exeter (Reino Unido), prevén que el cambio climático provocado por la actividad humana aumentará considerablemente las migraciones necesarias en muchas de dichas ubicaciones y amenazará fauna única en el planeta.

Según los investigadores, el último máximo glacial (UMG), el periodo de la historia climática de la Tierra en el que el manto de hielo alcanzó su extensión máxima (hace entre 26 500 y 19 500 años), fue más frío de lo que se pensaba hasta ahora y obligó a numerosas especies a desplazarse con mucha mayor frecuencia de lo que lo hacen los animales en la actualidad. Añaden que las especies del norte de Europa han llegado hace relativamente poco tiempo de sus refugios en el sur de Europa.

En colaboración con informáticos de MADALGO («Centro de Algorítmica de Datos Masivos de Aarhus»), ecólogos de las universidades danesas y británicas mencionadas investigaron la velocidad a la que las especies se desplazaban por el mundo para adaptarse al histórico y radical cambio climático que supuso el UMG. El trabajo ha servido para aclarar si existen diferencias en las comunidades modernas entre zonas con tasas de migración necesaria local y elevada.

El equipo determinó la tasa de migración necesaria midiendo la velocidad a la que han cambiado las condiciones climáticas sobre la superficie del planeta. También tuvieron en cuenta la tasa de cambio de las temperaturas con el paso del tiempo y la influencia de la topografía del terreno en la velocidad. Por ejemplo, los investigadores descubrieron que en zonas muy montañosas un desplazamiento a poca distancia lleva aparejado un cambio pronunciado en la temperatura y velocidades de cambio climático mínimas.

Si una especie no migra a una velocidad acorde con la del cambio climático puede ver reducido su hábitat y enfrentarse a un riesgo de extinción. La probabilidad de que esto suceda es grande si la velocidad del cambio climático es alta en comparación con la capacidad de dispersión de la especie.

El equipo estableció gráficamente los patrones de diversidad de especies de hábitat pequeño de todo tipo de anfibios, mamíferos y aves terrestres para comprobar su hipótesis. Descubrieron que se generaba una concentración elevada de especies de hábitat reducido allí donde la velocidad era baja (por ejemplo en el sur de los Andes), mientras que allí donde la velocidad del cambio climático era elevada (por ejemplo en el norte de Europa) las especies con un hábitat reducido eran poco comunes.

La velocidad afectó en mayor medida a especies no adecuadas para la dispersión (anfibios), mientras que las más aptas para esta acción (aves) fueron las menos afectadas. En el caso de los mamíferos, los murciélagos mostraron patrones similares a las aves mientras que los mamíferos incapaces de volar presentaron patrones semejantes a los anfibios.

La investigación reveló un vínculo entre la velocidad de migración necesaria, la capacidad de una especie para dispersarse en respuesta a un cambio climático y la probabilidad de que un cambio climático inicie el proceso de extinción de una especie . Según el equipo, sus resultados proporcionan indicios de que, en conjunto, los cambios climáticos anteriores en una región, la topografía local y las capacidades de dispersión de las especies tienen consecuencias significativas a largo plazo en la distribución global de la biodiversidad.

Las actividades humanas aumentan la velocidad del cambio climático, aseguran. Existe una serie de regiones en todo el planeta, como la Cuenca del Amazonas y otras ubicaciones en África, en las que las velocidades solían ser bajas pero con probabilidad aumentarán en 2080. En estas zonas existen sobre todo especies de hábitat reducido que probablemente peligrarán al acelerar el cambio climático durante los próximos setenta años.

 Vía: Cordis, 11/10/2011

A la rica seta III


Autor: Naoki Urasawa
F: Billy Bat

lunes, octubre 10, 2011

Micólogos en acción

Autor: André Franquin

Micólogo ilustre

Autor: Jose Luis Munuera

Catalogan la diversidad microbiana de la cueva de Altamira

Un equipo multidisciplinar coordinado por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Sergio Sánchez-Moral ha catalogado la diversidad microbiana de la cueva de Altamira. Los estudios, realizados desde 1995 junto con el investigador del CSIC Cesáreo Saiz-Jiménez, señalan que existe una relación directa entre el rango de oscilación térmica de cada zona de la cueva cántabra y el grado de colonización microbiana.


Durante el trabajo, que se ha realizado con cinco estaciones de monitorización para el control del microclima, se han identificado las diferentes colonias microbianas y se ha elaborado además un mapa de su distribución en la cueva. Un análisis del trabajo aparece en Science.

La cueva de Altamira, ubicada en Santillana del Mar (Cantabria), es una cavidad natural en la roca en la que se conservan pinturas y grabados del Paleolítico Superior, de los períodos Magdaleniense, Solutrense y Gravetiense. Sus pinturas se enmarcan en la conocida como escuela franco-cántabra. La cueva contiene pinturas polícromas, grabados, pinturas negras, rojas y ocres que representan animales, figuras antropomorfas y dibujos abstractos.

“La cueva de Altamira presenta una diversidad microbiana variada y elevada. Los resultados de las medidas de actividad y presencia microbiana han demostrado que los sustratos aparentemente no colonizados muestran un alto grado de actividad microbiana, sólo ligeramente inferior a la de las zonas con colonias visibles”, señala Sánchez-Moral.

Para el control del microclima de la cueva, los investigadores instalaron cinco estaciones de monitorización, además de diversos equipos autónomos de medida y una estación meteorológica exterior que incluye las variables climáticas del suelo externo. Las zonas monitorizadas con mayor detalle en el interior de la cueva fueron: la Sala de Entrada, el Cruce, la Sala de los Polícromos, la Sala de los Muros, la Sala de la Hoya y la Sala del Pozo.

“La presencia del ser humano en la cueva se traduce en un incremento sustancial de las partículas en suspensión, la oscilación de la temperatura, la humedad y la concentración de CO2, así como en cambios en el régimen de circulación del aire en el interior”, destaca. Sánchez-Moral.

El desplazamiento del aire se produce a lo largo de toda la cueva y la presencia del hombre favorece el progreso de la masa de aire con micropartículas de agua hacia el interior (agua, polvo, bacterias y esporas de hongos) y, con ello, el desarrollo de los fenómenos de condensación sobre la roca y la dispersión de los microorganismos hacia el interior.

El incremento de la temperatura del aire en la Sala de Polícromos y especialmente el fuerte ascenso térmico provocado en su techo por la entrada y permanencia de visitantes, disminuye su densidad, favoreciendo la movilización del aire del interior de la Sala y su mezcla con el procedente de los corredores próximos donde la colonización microbiana es muy intensa.

“En las zonas accesibles de la cueva de Altamira todos los nichos ecológicos presentan microorganismos. Los sustratos rocosos y sedimentos están colonizados por bacterias que tienden a aumentar su área de ocupación y defienden su hábitat frente a la llegada de nuevas poblaciones microbianas”, destaca Saiz-Jiménez.

SALA DE POLÍCROMOS

En 2002 el equipo de investigación identificó unas manchas verdes en la zona de la Sala de Polícromos que corresponden a microorganismos fotótrofos, similares a las que aparecieron en la cueva francesa de Lascaux. Estos microorganismos, que emplean la luz como fuente de energía, persisten a día de hoy, aunque en zonas muy reducidas, ya que resisten mucho tiempo a pesar de no recibir luz directa.

“La suspensión de la iluminación artificial de los últimos años ha favorecido la disminución de los microorganismos fotótrofos y, por tanto, se observan menos manchas verdes en la sala de Policromos, pero aún quedan restos como formas resistentes”, destacan los investigadores.

A partir de 2007, el aislamiento de la nueva puerta de acceso a la cueva limita la comunicación directa entre el exterior y el interior y, por tanto, la entrada de aire caliente y húmedo, que causa los procesos de condensación y corrosión. El segundo cierre, situado en el interior, impide el movimiento de estas partículas en suspensión y, por tanto, la llegada de esporas y el aporte de nutrientes a zonas más profundas de la cavidad, incluida la Sala de Polícromos. Asimismo, el control de la vegetación externa ha conseguido disminuir los nutrientes que entran con el agua de infiltración.

El presente trabajo de investigación ha sido realizado gracias a la colaboración técnica y las aportaciones económicas del Ministerio de Cultura que, desde 2003 hasta la fecha, ha firmado dos convenios de colaboración (2003 a 2005 y 2007 a 2010), y ha formalizado distintos contratos con el equipo de investigación dirigido por el investigador del CSIC Sergio Sánchez Moral, especialista en este tipo de estudios.



Cesáreo Saiz-Jiménez, Soledad Cuezva, Valme Jurado, Ángel Fernández-Cortes, Estefanía Porca, David Benavente, Juan C. Cañaveras, Sergio Sánchez-Moral. Paleolithic Art in Peril: Policy and Science Collide at Altamira Cave. Science. DOI: 10.1126/science.1206788.

Vía: Madri+d, 10/10/2011
F:http://www.madrimasd.org/informacionidi/noticias/noticia.asp?id=50053&origen=notiweb

Dichos populares

Autor: Manuel Vázquez
F: Revista Garibolo.