"Novedad. Cosa nueva y no acostumbrada. Suele ser peligrosa por traer consigo mudança de uso antiguo" (SEBASTIÁN DE COVARRUBIAS) 1539-1613

"No se desea lo que no se conoce" (NASÓN, PUBLIO OVIDIO) 43 AC-17 DC

martes, noviembre 30, 2010

Rocas biológicas en El Soplao

Las rocas negras que están prácticamente por todas partes en la cueva de El Soplao (Cantabria) tienen un origen biológico y además son las primeras rocas de este tipo (estromatolitos) que se descubren en el mundo en una cueva. La sorpresa en este rico yacimiento es el fruto de la investigación de un equipo liderado por Rafael Lozano, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), a su vez posible por el convenio de colaboración con el Gobierno de Cantabria y la empresa SIEC.

Los estromatolitos -del griego stroma (alfombra, cama) y lithos (piedra)- son rocas formadas por láminas de carbonatos como resultado de la actividad metabólica de microorganismos; hasta ahora cianobacterias y algas cianofíceas principalmente. Uno de los ejemplos vivos más conocidos de estas rocas biológicas se puede ver en las costas occidentales de Australia, pero aparecen en el registro fósil desde hace 3.500 millones de años y representan a las primeras evidencias de vida en la Tierra.

Pero las bacterias que dieron lugar hace al menos un millón de años a las rocas negras fósiles de El Soplao y al consiguente hallazgo, publicado en el último número de la revista científica Geology , son distintas, porque no construyeron los edificios estromatolíticos como resultado de la fotosíntesis, dado que se estos se formaron en una cueva y en ausencia total de luz. "Estos domos de roca están constituidos principalmente por óxidos de manganeso, que son negros, y no por carbonato cálcico como es habitual en estas formas de vida" explica Lozano. El hecho de que los fósiles tengan una excelente conservación (se pueden observar al microscopio incluso las paredes celulares de bacterias 100 veces más pequeñas que el grosor de un cabello) ha permitido a los investigadores probar que las rocas son estromatolitos. "Poco a poco hemos ido reuniendo pruebas de que estos organismos han construido la roca", comenta Lozano. "Hasta ahora había un montón de estudios en cuevas, no con estromatolitos pero sí con costras sobre las rocas, pero no eran concluyentes, no se veían los fósiles".

El manganeso disuelto en el agua del río fue aprovechado por un tipo especial de microbios extremófilos especializados en oxidarlo, que siguen existiendo en la actualidad. "Son organismos quimiosintéticos" explica Carlos Rossi, profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y miembro del equipo del IGME, "ya que para sintetizar su materia orgánica utilizaban una reacción química (la oxidación del manganeso), en lugar de la luz como hacen los organismos fotosintéticos" continúa.

Lozano cree que el descubrimiento no se queda solo en eso, aunque sea importante, sino que pasará a ser una referencia para su aplicación en el conocimiento de la formación de otras rocas mucho más antiguas, de hasta 2.000 millones de años.

Este nuevo hallazgo se suma a otras curiosidades científicas y atractivos turísticos de la cueva de El Soplao, abierta al público desde 2005 y muy conocida por lo que los expertos califican de magníficos espeleotemas, sobre todo las helictitas o estalactitas excéntricas, además de por el entramado de galerías mineras, excavadas para el extracción de cinc y plomo durante los siglos XIX y XX.

M.R.E. - Madrid

Vía: El País, 30/11/2010
F:http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Rocas/biologicas/Soplao/elpepusoc/20101130elpepusoc_8/Tes

jueves, noviembre 25, 2010

Jornadas Micológicas de Gran Canaria

(Click en la imagen para ampliar)

Y del cartel de las jornadas herreñas a las de Gran Canaria. Si el año pasado versó sobre las Amanitas en esta ocasión está dedicado a los hongos tintóreos. Un homenaje a nuestra compañera Nilia Bañares Baudet que, además de una excelente artesana textil, lleva años experimentando con ellos. El colorido que pueden apreciar en la imagen proviene de una pieza tejida y tintada por ella misma.

Para las personas interesadas les mostramos el sello que, con diseño de Pepe Dámaso, será presentado durante el evento. Se trata del primero dedicado a la micología en Canarias. También les informamos que el sábado 18 de diciembre, entre las 10:00 y las 13:00, en la Casa de la Cultura de Teror, junto a la iglesia, se hará el matasellado y se pondrán a la venta.



Seguiremos informando.

Saludos.

SMGC

Jornadas Micológicas de El Hierro


El cartel anunciador con todos los actos. Ya tenemos muchas ganas de estar allí. Como siempre pinchando en la imagen podrán verlo sin dificultad.

Saludos

SMGC.

Los Andes explican la riqueza de vida en la Amazonia

La mayor biodiversidad del mundo la originó la geología hace millones de años.

La Amazonia es la región más rica en biodiversidad del planeta y la latitud tropical en la que está situada no es la única explicación de la riqueza de este ecosistema, como están mostrando en los últimos años las investigaciones en la zona. La clave está en los Andes, cuya lenta elevación creó durante millones de años el escenario ecológico para un aumento espectacular de especies que no es ni mucho menos reciente.

Existen muchas teorías científicas sobre el origen y la complejidad de la biodiversidad actual en la región amazónica, recuerda la Academia de Ciencias Naturales de Estados Unidos, con motivo del artículo de revisión del conocimiento sobre el tema que publicó recientemente la revista /Science/. A pesar de que se sospechaba de la influencia de los Andes sobre la composición de la selva tropical, cómo y cuándo se produjo no estaba claro. El límite norte de la Amazonia lo forma el Escudo Guayanés, un macizo montañoso mucho más antiguo que los Andes pero que alberga menos biodiversidad.

Los diversos estudios recientes de geología y paleontología, pero también de ecología y filogenia molecular, proporcionan un retrato de los animales y plantas históricos y de los procesos geológicos a lo largo de los últimos 65 millones de años. Los Andes emergieron debido al movimiento de las placas tectónicas en el Pacífico y la formación del océano Atlántico. Al elevarse por encima de los 2.000 metros afectaron más que antes al clima de la región, lo que a su vez cambió la forma en que se evacuaba el agua y creó un espeso sustrato de sedimentos en la enorme cuenca vecina de más de un millón de kilómetros cuadrados.

El proceso se produjo durante los últimos 23 millones de años, en diversos episodios. Uno de los más espectaculares e importantes fue cuando la gran marisma existente se secó hace unos 10 millones de años, lo que permitió su colonización por nuevos animales y plantas. En el ambiente acuático anterior se habían desarrollado reptiles ahora extintos, como el /Purussaurus/, el mayor caimán conocido, que llegó a medir 12 metros de longitud.

El río Amazonas en su curso actual se remonta a unos siete millones de años. Lo explican los autores de la revisión, liderados por Carina Hoorn (Universidad de Amsterdam), en la que participan también especialistas del Real Jardín Botánico (CSIC).

Hasta los años noventa del siglo pasado se aceptaba que la biodiversidad moderna en la Amazonia procedía de los restos de bosques del Pleistoceno (hace menos de dos millones de años), llamados refugios. Los datos del registro fósil y los estudios moleculares hicieron abandonar esa hipótesis y buscar un origen más antiguo para la diversidad amazónica. Ahora se acepta que el proceso ha sido largo y complejo.

Parte de esa complejidad reside en la influencia de los suelos. Los datos indican que la mayor biodiversidad de vida terrestre y anfibia, así como la mayor productividad de la selva se da en la Amazonia occidental, cuyos suelos son mucho más ricos y diversos que los de la zona oriental. "Eso indica que la composición geológica, la diversidad y la productividad del ecosistema están interrelacionadas", señalan los autores, que también indican: "Parece paradójico que el antiguo cratón del Amazonas, que tuvo la oportunidad de acumular taxones [denominaciones de grupos de especies] durante mucho más tiempo que las zonas más jóvenes de la Amazonia occidental, tenga menos especies, géneros y familias", añaden.

Igual de paradójico puede parecer, ahora que amenaza el cambio climático, que un aumento de la temperatura en una zona tropical propicie su colonización por nuevas especies -el aumento de su biodiversidad-, en vez de perjudicar este proceso. Es lo que han comprobado investigadores de la Smithsonian Institution cuando estudiaron lo que pasó en los bosques tropicales de Colombia y Venezuela hace 56 millones de años, durante una época de calentamiento que duró 10.000 años. Luego el clima se estabilizó durante los 200.000 años siguientes. Entonces las temperaturas eran entre tres y cinco grados superiores a las actuales y el nivel de dióxido de carbono más del doble del actual.

El estudio de los granos de polen fósil muestra que la diversidad forestal aumentó rápidamente: nuevas especies de plantas evolucionaron mucho más rápidamente de lo que se extinguían otras. "Es llamativo que exista tanta preocupación por los efectos de las condiciones de invernadero sobre los bosques tropicales", dice Klaus Winter, uno de los autores del estudio, publicado igualmente en /Science./ "Sin embargo, estos escenarios que dan miedo probablemente tengan validez si el aumento de las temperaturas conduce a sequías más frecuentes o más graves", matiza.

Mientras tanto, en la Amazonia cada día se han descubierto tres especies nuevas de 1999 a 2009, informa el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), lo que indica que no se exagera su riqueza biológica. Dado los diversos peligros que las amenazan, muchas puede que no se conozcan nunca.
MALEN RUIZ DE ELVIRA

Vía: El Pais, 24/11/2010
F:http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Andes/explican/riqueza/vida/Amazonia/elpepusoc/20101124elpepisoc_14/Tes

Microislas, macrobiodiversidad

Alborán, Sisargas, Anaga, Mouro, Tagomago, Columbretes. Evocadores nombres para pequeños territorios en el mar. La mayoría de estos enclaves están protegidos bajo alguna figura oficial y mantienen la fauna y la flora a salvo del ser humano.

Perejil fue escenario de escarceos recientes entre los ejércitos marroquí y español; desde Mouro, los ingleses, aliados de los españoles durante la Guerra de la Independencia, lograron vencer las defensas de los franceses situadas en la península de la Magdalena; Ízaro fue la imagen de una productora cinematográfica; a Sa Dragonera le dedicó una canción María del Mar Bonet, y en la isla Mayor se obligó a la familia de Natalia Figueroa a desterrar los muflones que habían introducido allí.

Todas ellas son islas pequeñas, muy pequeñas, algunas de apenas dos hectáreas, repartidas respectivamente entre las costas de Ceuta, Santander, Vizcaya, Mallorca y el Mar Menor (Murcia). Son cinco ejemplos con cinco historias asociadas que se podrían convertir en 1.450, el número de islas, islotes, roques, peñas y peñones repartidos por toda España que no superan las 1.000 hectáreas de superficie. La cifra tan redonda no se ajusta con exactitud al número real, ya que lo que en algunos lugares son considerados plenamente islas en otros no pasan de rocas o promontorios rocosos ligeramente apartados de la costa.

Lo que sí es cierto es que muchas veces pasan inadvertidas, sobre todo si no tienen el cartel de parque nacional u otra categoría de protección de relieve, y ningún anuncio o folleto las utiliza como reclamo turístico. Sin embargo, casi todos los visitantes que llegan a Santander recorren el perímetro de la península de la Magdalena y suben a su palacio se retratan desde allí con la isla de Mouro detrás. En el tráfico intenso de barcos y transbordadores entre Fuerteventura y Lanzarote por el estrecho de La Bocayna luce otra isla, la de Lobos, llamada así porque en sus playas moraba la foca monje (también conocida como lobo marino), hoy prácticamente desparecida de aguas españolas. Son muchos los turistas que desde las cubiertas señalan la llamativa presencia de Lobos.

A pocos de esos viajeros, o incluso paisanos, que se topan con alguna de las más de 1.400 micro-islas les da por coger unos prismáticos y escrutar la variedad y calidad ornitológica que albergan estas zonas. Todavía menos, y siempre que los permisos y las áreas de reserva integral lo permitan, se sumergen para contemplar las praderas de posidonia, los bosques de algas y laminarias y las comunidades de corales, anémonas y esponjas de sus fondos. Si hay algo que caracteriza a estos pequeños trozos de tierra emergida es la rica biodiversidad que atesoran dentro y fuera de sus aguas.

La gran mayoría están protegidos bajo alguna figura oficial y/o se encuentran declarados lugares de importancia comunitaria (LIC) o zonas de especial protección para la aves (ZEPA) y, por tanto, forman parte de la Red Natura 2000. Motivos hay para preservar estas áreas marinas: en las islas Sisargas (A Coruña) y acantilados aledaños habitan las únicas colonias de gaviota tridáctila y arao común de España; los fondos que rodean la isla de Alborán son de los más ricos del Mediterráneo, y hasta el momento se han registrado 1.500 especies de flora y fauna; en las escasas 7,5 hectáreas de los roques de Anaga (al noreste de la isla de Tenerife) nidifican seis especies de aves marinas, habita una subespecie endémica de lagarto tizón y otra de un caracol terrestre, y las aguas circundantes son profusamente transitadas por varias especies de tiburones y cetáceos...

De nuevo son solo tres ejemplos de una biodiversidad que tiene que ser debidamente conservada, pero que aún no lo está. Al menos así nos lo dicen desde la Unión Europea. La última revisión de la lista de espacios marinos propuesta por el Gobierno español y las comunidades autónomas para formar parte de la Red Natura 2000, realizada en junio de este año, ha recibido el calificativo de "incompleta".

En el caso de las zonas de las ZEPA, se han propuesto hasta el momento 33 lugares, que abarcan una extensión de 1.034 kilómetros cuadrados. Francia, con menos kilómetros de costa, ha demarcado 73 lugares y 34.914 kilómetros cuadrados. En cuanto a LIC, España ha presentado una lista de 97 lugares y 7.926 kilómetros cuadrados. De nuevo, Francia nos supera: 133 lugares y 26.838 kilómetros cuadrados. Y atención, porque la mencionada revisión realizada por la UE califica también como "incompleta" la lista gala.

El Gobierno español es consciente del retraso anunciado desde Bruselas, y así se reconoce en el preámbulo de un proyecto, Indemares, que intenta corregir este desfase: "En el ámbito marino, la Red Natura se encuentra en un estado de desarrollo embrionario. Los altos costes y la complejidad para realizar inventarios en zonas alejadas de la costa y a grandes profundidades dificultan la disponibilidad de la información científica sobre hábitats y especies que debe guiar la identificación de los espacios a incluir". El proyecto LIFE + Indemares, coordinado por la Fundación Biodiversidad, busca identificar esos espacios, y para ello dispone de tres años (hasta el 31 de diciembre de 2013) y de 15,4 millones de euros de presupuesto, cofinanciado por la Comisión Europea en un 50%.

Oceana es una de las nueve entidades (ONG, Administración y organismos científicos) que participan en Indemares, aunque su director de investigación y proyectos, Ricardo Aguilar, entiende que "hasta ahora solo se han elegido diez zonas como objeto de estudio, lo que nos parece claramente insuficiente, incluso como punto de partida, por lo que esperamos que se acepten algunas más". Tanto Oceana como WWF, con la colaboración del Instituto Español de Oceanografía y de varios centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, llevan años elaborando trabajos e inventarios con las áreas marinas a proteger.

El listado de islas que aparecen en dichos inventarios es muy amplio, máxime si se incluye el reciente de áreas importantes para la conservación de las aves elaborado por la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife). Se pueden citar algunas de la larga lista: Portixol y Descubridor (Alicante), Palomas y Grosa (Murcia), Sisargas y Coelleira (A Coruña), Conejera y Mouro (Cantabria), Espardell, Espalmador, Sa Conillera y Tagomago (Baleares), y Roque de la Playa (Tenerife).

La isla de Alborán y el pequeño archipiélago de las Columbretes están incluidos entre los diez primeros lugares de Indemares. Este último, situado a 30 millas de las costas de Castellón, es ya una reserva marina, una de las figuras de protección pioneras que el propio Ricardo Aguilar considera que "han sido muy positivas para salvaguardar la biodiversidad marina".

En la actualidad existen 25 reservas de este tipo: en cinco de ellas, la gestión la realiza la Secretaría General del Mar del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM); en otras cinco la comparte con las comunidades autónomas, y en las restantes 15 son estas últimas las únicas gestoras. Aunque el objetivo principal es salvaguardar las poblaciones de interés pesquero (la iniciativa de protección siempre surge de pescadores artesanales), también estas forman parte de la biodiversidad marina y ayudan a mantener un ecosistema más equilibrado. "Después de más de 20 años trabajando en Columbretes podemos decir que si escogemos una especie singular, como la langosta roja, la densidad de la misma dentro de la reserva es siete veces mayor que fuera". Lo afirma Silvia Revenga, jefa de servicio de áreas marinas del MARM, quien añade que "gracias a las investigación, en estas zonas hemos detectado también cómo el cambio climático favorece el desarrollo de especies invasoras o el blanqueo de coral".

Revenga insiste en que "al proteger el recurso pesquero protegemos todo, y en algunos casos devolvemos el ecosistema marino a un estadio casi primigenio, previo a cualquier alteración humana". Además de Alborán y Columbretes, Hormigas (Murcia), Tabarca (Alicante), Graciosa (sur de Lanzarote), Medas (Girona), Malgrats (Baleares) y Aketxe (Vizcaya), entre otras islas e islotes, gozan de esa protección pesquera, pero con proyección mucho más integral.

De momento solo el 0,75% de la superficie marina española está protegida, avanza Ricardo Aguilar: "Baleares, con el 3%, se sale un poco de esa media, pero es que las recomendaciones de los principales organismos internacionales hablan de llegar al 10% en 2012". Las ONG se quejan de que en muchas ocasiones se protege la porción terrestre y algo de la marina, pero no el resto de los fondos adyacentes.

Pero para conseguir una efectiva protección antes hay eliminar las amenazas. En el reciente inventario de áreas marinas importantes para las aves de SEO/BirLife se recopilan una muestra de la actuales y las potenciales: animales domésticos que depredan especies autóctonas, caza ilegal de pollos de aves marinas, urbanismo y contaminación lumínica, pesca intensiva, navegación y actividades deportivas (buceo, surf, vela) e instalación de parques eólicos marinos.

Islas privadas, pero sin patente de corso

Toda la costa española es de dominio público, incluida la de las islas. Por este motivo, una isla puede contener en su interior una o varias edificaciones privadas, pero el uso de las playas es público. Las hay que tienen alguna residencia privada y no se permite fondear o nadar en sus orillas, pero en estos casos suele ser porque gozan de algún tipo de protección.

La isla Mayor o del Barón, de unas 94 hectáreas, está dentro de los límites del parque natural de las Islas del Mar Menor de Murcia, además de estar demarcada como lugar de importancia comunitaria (LIC). Pertenece a la familia de Natalia Figueroa, esposa del cantante Raphael. Sin embargo, sus propietarios no pueden hacer uso y abuso de la isla a su antojo. Hace tres años, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil detectó que se habían introducido muflones con fines cinegéticos y ordenó su retirada inmediata.

Al noreste de Ibiza se encuentra otro islote privado, el de Tagomago. El último propietario que se le conoce, antes de una infructuosa puesta a la venta hace tres años, es la familia Hannover. Bajo una licencia para obras menores, los agentes de la Consejería de Medio Ambiente de Baleares detectaron hace dos años que se ampliaba la vivienda y el puerto y para ellos se talaron sabinas. Nueva denuncia y nueva paralización de una actividad que afecta a una isla que está dentro de los límites tanto de una ZEPA como de un LIC.

El control ecológico sobre estos enclaves es vital para su supervivencia. No hay que olvidar que la presencia humana en algunas de ellas y la suelta de animales domésticos (cabras, gatos, perros, ratas) provoca la merma e incluso desaparición de la biodiversidad autóctona. Precisamente en Tagomago y en otras islas de Baleares (Malgrats, Conillera, Vedrà, Vedranell, Dragonera, islotes de Cabrera) se han realizado campañas de desratización de roedores que ponían en peligro las poblaciones de pardela balear, ave marina catalogada en peligro de extinción en España.
JAVIER RICO

Vía: El Pais, 21/11/2010
F:http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Microislas/macrobiodiversidad/elpepusoc/20101121elpepusoc_1/Tes

Los lagos del planeta se están calentando

Los lagos de la Tierra, especialmente los de latitudes medias y altas, se están calentando desde hace 25 años casi medio grado por década, según los datos de la temperatura superficial del agua tomados desde satélite.

La investigación, realizada por expertos de la NASA en el Jet Propulsion Laboratory (California), abarca 167 grandes lagos en todo el mundo. Medidas previas tomadas con boyas y con diferentes sensores en órbita confirman esta tendencia, que los científicos relacionan con el cambio climático. Es el primer estudio global de la temperatura de los grandes lagos, afirma la NASA. "Nuestros análisis proporcionan una fuente nueva e independiente para evaluar el cambio climático en tierra firme en todo el mundo", explica el líder de la investigación, Philipp Schneider. "Los resultados tienen implicaciones para los ecosistemas de los lagos, que pueden verse afectados negativamente incluso por cambios pequeños de la temperatura del agua". Esas alteraciones pueden provocar brotes de colonias de algas que conviertan en tóxicas las aguas para los peces o facilitar la proliferación de especies no nativas que alteren los ecosistemas naturales de los lagos.

Schneider y Simon Hook explican en la revista Geophysical Research Letters que han registrado aumentos de temperatura en algunos lagos de hasta 1,8 grados centígrados por década. Aunque la tendencia al calentamiento es general, destacan los valores superiores en los lagos de latitudes medias y altas del hemisferio Norte.

El mayor aumento de temperatura de las aguas se ha registrado en los lagos del Norte de Europa y es menor en el Sureste del continente, en el entorno de los mares Negro y Caspio, con una ligera tendencia a valores más altos hacia el extremo oriente siberiano, Mongolia y el Norte de China. En América del Norte, el calentamiento es ligeramente superior en el Suroeste de Estados Unidos que en la región de los Grandes Lagos. El aumento de temperatura del agua es inferior a la media en los trópicos y en las latitudes medias del hemisferio Sur. Los resultados, destacan los científicos, son coherentes con los efectos del cambio climático.

Las medidas para esta investigación se han tomado con detectores de infrarrojo embarcados en satélites de la Agencia Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA), estadounidense, y de la Agencia Europea del Espacio (ESA), centrándose en temperaturas nocturnas estivales (entre julio y septiembre, en el hemisferio Norte, y ente enero y marzo, en el Sur) porque es más difícil tomar datos globales en las estaciones en que muchos lagos pueden estar helados o cubiertos de nubes.

Vía. Madri+d, 24/11/2010
F:http://www.madrimasd.org/noticias/lagos-planeta-estan-calentando/46298

Un mapa ambiental cartografiado desde el espacio

Cubrir las necesidades ambientales de Europa precisa de una información constante y actualizada sobre su cubierta vegetal y el uso de la tierra que se hace. Este es el objetivo del proyecto GlobCorine de la Agencia Espacial Europea (ESA), que incluya una cartografía completa del continente que fue realizada desde un satélite en 2009 y ahora está disponible en Internet.

El mapa fue realizado sobre la base de los datos recogidos por el satélite Envisat, gracias a su espectógrafo MERIS, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2009, en un tiempo récord: sólo nueve meses, cuando antes se necesitaban varios años.

Se trata de una cartografía que ofrece una resolución de 300 metros. "La novedad de este mapa es que podemos finalmente tener información global relevante y concreta de la cubierta de tierra a la hora de tomar una decisión", ha señalado Chris Steenmans, responsable del programa.

"Es importante tener en cuenta el medio ambiente y compaginarlo en su contexto económico y social para que sea un desarrollo sostenible. Esto significa que no podemos continuar haciendo lo que hemos hecho en el pasado, que era divulgar sobre cambios de la utilización del suelo usando datos de tres y hasta cinco años, totalmente obsoletos", añadía Jean-Louis Weber, asesor especial medioambiental.

La Agencia Europea de Medio Ambiente tiene el encargo de la Comisión Europea de organizar esta información a nivel pan-europeo y su entorno mediterráneo. "La agencia también está implicada en contabilizar 'lo verde'; en la ONU, donde se coopera en la evaluación de los ecosistemas", señalaba Weber.

El mapa de GlobCorine podría ser un precursor en el mundo que se puede utilizar para organizar este tipo de información. "GlobCorine es mucho más que un proyecto que va a ir entregando mapas europeos de la cubierta de tierra. Es la demostración científica y técnica que una descripción del estado de la superficie de la tierra en una escala continental se puede proporcionar en el plazo de un solo año", concluye.
Rosa M. Tristán

Vía: El Mundo, 23/11/2010
F:http://www.elmundo.es/elmundo/2010/11/23/ciencia/1290514103.html

La cuenta atrás de una erupción volcánica

Los volcanes dormidos mantienen en vilo a la comunidad científica, puesto que nunca deja de debatirse si volverán a entrar en actividad y, en este caso, en qué momento. En el caso del volcán islandés Eyjafjallajökull, que la pasada primavera tuvo en jaque a la aviación europea, los vulcanólogos eran conscientes de que algo se estaba fraguando en el interior de esta montaña tras dos siglos de letargo. Una investigación atribuye el despertar del Eyjafjallajökull a la existencia de un flujo de magma que discurría bajo el mismo.

En un artículo publicado en la revista Nature, vulcanólogos de Islandia, Países Bajos, Suecia y Estados Unidos indican que «estas erupciones son el colofón a dieciocho años de actividad volcánica intermitente.» Partiendo de datos de sistemas de GPS (Sistema de Posicionamiento Global) y de vigilancia sísmica, así como de mediciones superficiales, satelitales y de radar, evaluaron los cambios geofísicos observados en el Eyjafjallajökull, sobre todo cuando la estructura del volcán empezó a deformarse. Según los autores, el volcán empezó a hincharse casi tres meses antes de que en marzo entrara en erupción por uno de sus costados.

«Las erupciones estuvieron precedidas por varios meses de inestabilidad y desplazamientos de magma subterráneos que se dejaron sentir en forma de terremotos», explicó el profesor Kurt Feigl de la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos). «El seguimiento de los volcanes permite comprender los procesos que conducen a las erupciones. Si se observa un volcán durante décadas se puede apreciar cuándo ha despertado de su letargo.»

El equipo, dirigido por el Dr. Freysteinn Sigmundsson del Centro Nórdico de Vulcanología de la Universidad de Islandia, empezó a vigilar muy atentamente esta montaña a finales del verano de 2009, cuando una estación de GPS situada en una ladera del Eyjafjallajökull reveló un leve desplazamiento. A principios del 2010 los investigadores observaron una aceleración de la deformación y una mayor frecuencia de los terremotos. Al no remitir esta actividad, los científicos instalaron más estaciones de GPS en las cercanías de la montaña. Pocas semanas después se detectó una aceleración en su proceso de dilatación. De este modo los investigadores se percataron de que en el interior del volcán había magma desplazándose en dirección ascendente.

Cuando a finales de marzo comenzaron las erupciones del Eyjafjallajökull, sus laderas se habían dilatado más de 15 centímetros, según indican los autores, por efecto del flujo de magma desde las profundidades de la Tierra hacia cámaras situadas por debajo de la montaña y próximas a su superficie.

La deformación se detuvo una vez el volcán entró en erupción. Sin embargo, el Eyjafjallajökull se diferencia de la mayoría de los volcanes en que, en lugar de desinflarse a medida que fluía el magma, permaneció dilatado hasta mediados de abril, cuando acabó la primera erupción.

«La deformación asociada a las erupciones fue inusual, al no guardar relación con cambios de presión en una única cámara magmática», escriben los autores. «La deformación fue rápida antes de la primera erupción, pero imperceptible durante la misma. La ausencia de una contracción co-eruptiva clara indica que el volumen neto del magma expulsado desde capas poco profundas durante esta erupción fue reducido. El magma debió fluir desde una profundidad considerable.»

El volcán volvió a entrar en erupción el 22 de abril, y en esta ocasión la lava fluyó por otro conducto situado bajo el hielo de la cumbre. En consecuencia, el agua helada se convirtió en vapor y emanaron gases atrapados en burbujas dentro del magma, generando una columna de cenizas que se elevó a gran altura y provocó grandes quebraderos de cabeza a todos los viajeros en Europa.

Los resultados de este trabajo ayudarán a comprender mejor el fenómeno islandés, pero los autores señalan la necesidad de realizar más estudios para determinar el motivo de que los volcanes entren en erupción justamente cuando lo hacen, ya que los procesos geológicos que desencadenan la erupción siguen siendo una incógnita.

«Seguimos tratando de averiguar qué es lo que despierta a un volcán», reconoció el profesor Feigl. «La explosividad de la erupción depende del tipo de magma, y éste depende a su vez de la profundidad de la que procede. Nos encontramos muy lejos de poder predecir las erupciones, pero si logramos visualizar el movimiento ascendente del magma en el interior del volcán, conseguiremos comprender con mayor claridad los procesos que motivan la actividad volcánica.»

Vía: Cordis, 23/11/2010
F:http://cordis.europa.eu/fetch?CALLER=ES_NEWS&ACTION=D&SESSION=&RCN=32774

lunes, noviembre 15, 2010

La biodiversidad amazónica se originó hace 20 millones de años

Investigadores del Consejo superior de Investigaciones Científicas (CSIC) demuestran en un estudio que la fauna y la flora de la Amazonía surgieron a partir del levantamiento de los Andes. Hasta ahora se pensaba que la gran diversidad de esta región se debía a los cambios climáticos desencadenados por las glaciaciones de hace dos millones de años.

En ninguna otra región de la Tierra existen tantas especies de plantas y animales como en la región amazónica, considerada una de las mayores reservas de biodiversidad del planeta. El origen y razones de este fenómeno han intrigado a los especialistas desde los tiempos de Darwin. Hasta ahora, las teorías más aceptadas relacionaban el origen de la biodiversidad en la Amazonía con los cambios climáticos desencadenados por las glaciaciones del periodo Cuaternario, en los últimos dos millones de años.

Sin embargo, un estudio elaborado por un equipo internacional de científicos en el que han participado tres investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) propone una nueva explicación que echa por tierra las cronologías aceptadas hasta el momento.


El estudio, describe cómo la geología de la región amazónica, como el movimiento de placas tectónicas del Pacífico que originó la aparición de los Andes, ha influido en la evolución de la flora y fauna en el dinámico paisaje de la región. Para llegar a esta conclusión, que aparecerá en el próximo número de la revista científica Science, los investigadores han comparado los patrones de distribución actuales de animales y plantas con datos geológicos y moleculares (secuencias de ADN), con el objetivo de mostrar cómo la mayor diversidad de la región amazónica se encuentra actualmente en una superficie de más de un millón de kilómetros cuadrados en la cuenca occidental del río Amazonas, espacio que se habría formado en los últimos 23 millones de años como resultado del progresivo levantamiento de los Andes.

Según explica Isabel Sanmartín, investigadora del Real Jardín Botánico de Madrid (CSIC) y especialista en biogeografía, que dirige el equipo del CSIC participante en el estudio, "esta estrecha relación entre la historia geológica de la cordillera Andina y la formación de la cuenca amazónica implica que todo trabajo que pretenda entender el origen de la mega‐diversidad amazónica debe retroceder en el tiempo hacia los últimos 20 millones de años".

UN SISTEMA DE LAGOS

Esta reconfiguración del escenario paleogeográfico amazónico incluyó la formación de un enorme sistema de lagos, el sistema Pebas, que ocupaba de más de un millón de kilómetros cuadrados; es decir, una superficie equivalente a parte de Colombia, Ecuador, Perú y la región oriental de Brasil. Esta gran masa de agua se habría secado tras el nacimiento del río Amazonas hace 10 millones de años, lo que permitió a los animales y plantas de zonas limítrofes colonizar una nueva región de tierra firme y diversificarse rápidamente. En la actualidad, esta zona alberga la mayor biodiversidad de toda la región.

"Hasta ahora se habían postulado numerosas teorías para explicar el origen y complejidad de la enorme riqueza biológica de la región amazónica. Por ejemplo, qué factores ecológicos, como una mayor tasa de luminosidad, temperatura, y humedad habrían favorecido la diversificación biológica. Aunque se había planteado anteriormente el papel clave del levantamiento de la cordillera andina en la formación de los bosques húmedos tropicales amazónicos, hasta ahora no existían datos para resolver cuándo y cómo había sucedido", aclara Sanmartín.

"Se trata de un estudio único", añade la investigadora del CSIC, "porque por primera vez se reúne un equipo multidisciplinar de paleogeógrafos, geólogos, paleontólogos y biólogos moleculares para reconstruir cómo era la región amazónica hace 20 millones de años y cómo evolucionó su diversidad biológica a medida que cambiaba la geologíageografía de la región. Nos demuestra que la cuenca amazónica fue una región muy dinámica, con especies que se originaron y extinguieron en respuesta al cambiante escenario geológico".



C. Hoorn, F. P. Wesselingh, H. ter Steege, M. A. Bermudez, A. Mora, J. Sevink, I. Sanmartín, A. Sanchez‐Meseguer, C. L. Anderson, J. P. Figueiredo, C. Jaramillo, D. Riff, F. R. Negri, H. Hooghiemstra, J. Lundberg, T. Stadler, T. Särkinen, A. Antonelli. Amazonia Through Time: Andean Uplift, Climate Change, Landscape Evolution, and Biodiversity. Science. DOI: 10.1126/science.1194585

Vía: Madri+d, 15/11/2010

F:http://www.madrimasd.org/informacionidi/noticias/noticia.asp?id=46134

A la caza de (casi todas) las especies invasoras

El primer catálogo español sobre especies invasoras que prepara el Ministerio de Medio Ambiente tiene sorpresa. El borrador establece las 168 especies consideradas como invasoras, que van desde la hormiga loca hasta el picudo rojo, del mejillón cebra a la rana toro.

La orden es erradicarlas porque amenazan el ecosistema. Pero no todas. El Ministerio planea, según el borrador del pasado día 5, un capítulo aparte para un grupo de especies foráneas que podrán permanecer, bajo control y en algunas zonas. Se trata del siluro en el Ebro, el arruí en Sierra Espuña o el pez gato en el Júcar, el Ebro o el Tajo. Especies con interés para la caza y la pesca, algo que los ecologistas consideran un contrasentido.

Medio Ambiente insiste en que este es solo un borrador que aún tendrá recorrido, pero sostiene que hay especies que, por su papel ecológico, no conviene erradicar del todo. El Ministerio planea presentar el borrador antes de final de año.

La Ley del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, de 2007, ordenó crear el catálogo para unificar la lucha contra las especies invasoras, competencia de las comunidades autónomas. El texto reconoce que la integración de estas variedades "en los ecosistemas nativos ocasiona graves perjuicios a las especies y a los hábitats autóctonos, pero también a la economía, especialmente, a la producción agrícola, ganadera y forestal, e incluso a la salud pública".

Algunas, como el visón americano, el mejillón cebra o el mapache, se reproducen de forma descontrolada, ocupan el lugar de especies autóctonas y alteran los ecosistemas. El aumento del transporte internacional -algunos barcos las han introducido en sus tanques de lastre- y la moda de tener animales de compañía exóticos que acaban en el campo han contribuido a la expansión descontrolada del fenómeno. En 1992, el Convenio de Diversidad Biológica de la ONU reconoció el problema y desde entonces proliferan las medidas para combatirlo.

El catálogo, enviado para consultas a científicos y comunidades, enumera las especies que hay que erradicar. No menciona el eucalipto, que se usa para obtener madera, pero sí incluye otras 88 especies de plantas: el camalote que cubre el Guadiana, el alga asesina caulerpa, la uña de gato y hasta especies ya tan familiares como la pita. Hay crustáceos como el cangrejo rojo -un equipo del CSIC acaba de descubrir que ya forma parte de la dieta de vertebrados en el Guadalquivir- o insectos como el picudo rojo que azota las palmeras de media Península. Hay mamíferos como el mapache (que comenzó como mascota y que ya cría sin control), aves como la malvasía y peces como la gambusia, introducida en los setenta por el Gobierno desde EE.UU. para acabar con el paludismo. Las comunidades autónomas deberán establecer planes para erradicar estas especies y si por casualidad alguien atrapa uno de estos animales "no podrá ser devuelto al medio natural", sino que debe entregarla a las autoridades. Quien tenga uno de estos animales deberá registrarlo y evitar que se escape.

La polémica surge en el tercero de los grupos. Aunque inicialmente el borrador afirma que "las especies incluidas en el catálogo no podrán ser consideradas especies pescables ni cazables, ni podrán ser gestionadas con el objetivo de favorecer su conservación".

Sin embargo, más adelante fija excepciones y da un breve listado de algunas especies que en determinados lugares "podrán ser objeto de medidas de gestión por las comunidades autónomas y ciudades con estatuto de autonomía, dirigidas a su control, erradicación y contención".

Pedro Brufao, coordinador de la ONG Ríos con Vida, considera que eso deja vía libre a las comunidades para preservar especies invasoras: "El siluro en el Ebro fue introducido para pescar y, como ya hay una industria de la pesca, ahí no se atreven con él y no obligan a erradicarlo. La excepción va contra la propia ley". El listado incluye el siluro en determinadas zonas del Ebro y del Tajo. En Tarragona hay turistas británicos que acuden solo para pescar este animal. También está el arruí en Sierra Espuña (Murcia). "Los trofeos de caza y pesca" en esa lista de exclusiones "requerirán una autorización específica" de la comunidad "para su transporte, tenencia o exportación" fuera de ese área.
Rafael Méndez

Vía: El País, 15/11/2010
F:http://www.elpais.com/articulo/sociedad/caza/todas/especies/invasoras/elpepusoc/20101115elpepisoc_2/Tes