La especie 'Cernuella virgata' es una de las que mejor se recupera tras un incendio. | V. Bros
- Tiene una capacidad muy limitada para recolonizar áreas dañadas
- Resulta mucho más afectado por el fuego que otras especies
Los gasterópodos tienen una capacidad muy limitada para recolonizar áreas dañadas por el fuego
Y a la hora de valorar si un bosque se está recuperando de los devastadores efectos del fuego, la presencia del caracol es un buen indicador de que las cosas van bien. Así lo asegura un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona, que ha estudiado los cambios en la estructura de la población animal después de un incendio.
Los investigadores realizaron un muestreo en la zona afectada por el incendio que en agosto de 2003 arrasó 3.000 hectáreas del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l´Obac. Tres años después, compararon la situación en el área quemada con la de una zona cercana al parque que no había resultado afectada por el fuego con el objetivo de analizar cómo varía la fauna malacológica (de moluscos).
Difícil supervivencia
"Los gasterópodos -caracoles terrestres- tienen una capacidad muy limitada para reproducirse en áreas dañadas. Son muy lentos a la hora de recolonizar una zona afectada por una perturbación", explica Vicenç Bros, especialista en gasterópodos de la Oficina Técnica de Parques Naturales de la Diputación de Barcelona. "Además, resultan mucho más afectados que otros organismos ya que, a diferencia de otros animales que pueden huir, ellos necesitan que haya pequeños refugios debajo de las piedras o en los troncos de los árboles para poder sobrevivir". Allí conseguirá esconderse una pequeña parte de la población, que en el futuro será la que repoble la zona.
Una de las principales conclusiones de la investigación, publicada en la revista 'Biodiversity and Conservation', es que, tras el incendio, las especies típicas de bosques húmedos europeos (como 'Pomatias elegans' o 'Acanthinula aculeata') resultan muy afectadas. En cambio, las que predominan en ambientes más secos, como el Mediterráneo ('Xerocrassa penchinati' o 'Cernuella virgata') se propagan más fácilmente, según afirma Bros.
Los investigadores observaron que en las zonas cercanas al límite del incendio no ha habido un aumento significativo de especies del bosque. La sequía que afectó a la zona entre 2004 y 2007 podría haber disminuido la capacidad de los caracoles para repoblar el área quemada.
Esta investigación se enmarca dentro de un estudio multidisciplinar que ha analizado la evolución de distintos organismos tras los incendios, como aves, reptiles y diferentes tipos de artrópodos (insectos, arácnidos, etc).
Teresa Guerrero | Madrid
Vía: El Mundo, 16/02/2010
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