La teoría ortodoxa y convencional arguye que la Tierra, en su nacimiento hace 4.600 millones de años, era una bola de magma cuya corteza -la piel de una manzana- se fue enfriando poco a poco hasta hacer posible la vida. Durante el largo eón Hadeico, que duró desde los inicios hasta hace 3.800 millones de años, se cree que el planeta continuaba siendo "un infierno" de temperaturas extremas y grandes mares de lava.
Pero Mark Harrison, de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), y colegas han adelantado los acontecimientos que establece la teoría dominante. Según publica la revista científica 'Nature', el zircón, el mineral más antiguo de la Tierra y que pertenece al eón Hadeico, narra una historia cronológicamente distinta a la hasta ahora aceptada.
Para intentar conocer en qué condiciones se formaron los zircones hace 4.000 millones de años y así deducir cómo era entonces la Tierra, los investigadores utilizaron el "termómetro de titanio": a mayor temperatura, mayor cantidad de titanio contenido en los zircones. Según estas pruebas, los arcaicos minerales se formaron a unos 700 grados centígrados, una temperatura mucho más baja de lo que habitualmente requieren los minerales para formarse. ¿Cómo fue posible?
Los científicos sólo pudieron hallar una explicación: los zircones fueron enfriados por agua oceánica. Lo que sugiere que en aquellos tiempos remotos la Tierra ya estaba cubierta de mares.
Harrison y su equipo lo comprobaron 'in situ' con zircones de hasta 4.200 millones de edad hallados en Jack Hills, Australia. La prueba del termómetro arrojó los mismos resultados: zircones formados a 700ºC. Pero además, éstos contenían otro mineral, la muscovita, en gran abundancia. La muscovita contiene agua, y de hecho se forma actualmente cuando dos placas tectónicas colisionan y funden la roca. Era una nueva pista con grandes implicaciones.
El siguiente paso fue analizar la cantidad de aluminio presente en los minerales. Esta prueba permite saber a qué presión se formaron los zircones. La respuesta fue, una vez más, esclarecedora: los zircones se formaron a una presión de al menos 7.000 atmósferas; a unos 25 kilómetros de profundidad.
Pero a esa profundidad, el calor debería haber sido tres veces mayor a los 700ºC encontrados. Algo estaba enfriando el calor. "Sólo hay un lugar en el planeta donde puede haber magma y el calor es tres veces inferior a la media: las zonas de subducción", dice Harrison.
El estudio concluye que hace 4.000 millones de años, sólo un poco después de su nacimiento, la Tierra ya contaba con una hidrosfera (océanos) y una interacción de placas tectónicas, un fenómeno relacionado hasta ahora con periodos posteriores.
Vía: Madri+d, 28/11/08
F:http://www.madrimasd.org/informacionidi/noticias/noticia.asp?id=37240&origen=notiweb
No hay comentarios:
Publicar un comentario