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miércoles, diciembre 17, 2008

Grandes cosechas de boletus entre los jarales de Zamora y León

Investigadores de la Cátedra de Micología de la Universidad de Valladolid comprueban la producción de boletus en terrenos de jarales y otros matorrales de Zamora y León.
CESEFOR- Los aromáticos jarales y otros matorrales de cistáceas tan frecuentes en España en terrenos pobres y pedregosos ya no pueden considerarse como improductivos. Los investigadores de la Cátedra de Micología de la Universidad de Valladolid han comprobado que producen grandes cosechas de los deliciosos y apreciadísimos boletus (Boletus edulis y Boletus aereus), indudables reyes de la gastronomía, así como de otras especies de selectos hongos comestibles. El principal descubrimiento es la comprobación de que estos matorrales, estudiados en Zamora y León, pero ampliamente distribuidos por el occidente peninsular, pueden producir elevadas cosechas desde el tercer año de vida de estas plantas, adelantándose unos 40 años a otros tipos de vegetación, como pinares y robledales.

Este trabajo ha aparecido publicado en el último número de la prestigiosa revista norteamericana Economic Botany, en donde se señala el interés de las comunidades ibéricas de plantas leñosas de pequeña talla en donde se incluyen jaras, estepas y chaguazos, especies de cistáceas que se asocian formando micorrizas con los apreciados boletus. En estos terrenos, la producción de boletus (hongos comestibles muy apreciados) es tal que llega a alcanzar los 137 kg /ha durante el otoño, siendo un objeto de exportación a los principales restaurantes de Europa y America. La calidad de estos hongos supera a la de los que se encuentran en los bosques de pinos o robles, siendo buscadísimos por su aspecto compacto y regular, aroma y sabor acentuado, conocidos en el selecto mercado gourmet como “zamoranitos”.
La plantación de las cistáceas citadas podría entonces alcanzar elevadas rentabilidades convirtiéndose en un cultivo de futuro para las comarcas con terrenos silíceos y muy pobres. Las jaras, estepas y chaguazos son especies muy ornamentales y resistentes, aguantando la sequía y el calor.
Uno de los objetivos principales de la Cátedra de Micología es la investigación de los hongos en relación con el medio ambiente, incluyendo siete líneas de aplicación y estudio, así como la divulgación, formación y promoción de la riqueza micológica como recurso natural renovable y digno de conservación. Las líneas de investigación incluyen la catalogación de especies de hongos, micorrización, valoración económica, gestión y ordenación micológica de hábitats, ecología y paisajes micológicos. Según el director de la cátedra, el Dr. Juan Andrés Oria de Rueda, las elevadas producciones de setas comestibles asociadas a las cistáceas en España y Portugal permitirán rentabilizar suelos extremadamente pobres, a la vez que evitan la erosión. Además, protegen a la fauna silvestre más amenazada pues los jarales, estepares y chaguazos forman parte del genuino y autóctono monte mediterráneo ocupado por ciervos, jabalíes, lobos y linces y sobrevolado por águilas imperiales, buitres negros, cigüeñas negras, etc.
Este estudio señala que la gestión de los matorrales para la producción micológica supone un aval para la prevención de incendios forestales por lo que resulta de excepcional interés, no sólo a nivel económico sino también ecológico.

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