Miguel Melián y Enrique Afonso, con el apoyo de José Juan Pérez, cosechan la 'Pleurotus ostreatus' en cuevas y naves industriales.
Miguel Melián fue pionero en este cultivo. Lo hace de forma tradicional en una cueva de su propiedad de mil metros cuadrados. Enrique Afonso, sin embargo, lo hace de forma industrial en una nave en La Cantera. José Juan Pérez, ingeniero agrónomo, les ayuda en esta aventura.
Melián comenzó a ejercer esta práctica en el año 1997 por el sistema tradicional de cueva. Afonso comenzó hace apenas cuatro meses a cultivar la seta de forma industrial. Se trata de la seta ostra, Pleurotus ostreatus en su nombre científico.
Esta clase de seta se cultiva a través de unos paquetes plásticos que contienen la semilla de la espora, paja, yeso y agua. "Es totalmente ecológica, no se sulfata, no contiene nada químico", asegura Pérez Suárez.
El cultivo de la seta requiere una temperatura de entre 18 y 21 grados centígrados, una humedad de entre el 80 y 90%, una ventilación concentrada y de diez a doce horas de luz.
La cueva tiene una humedad natural y una temperatura adecuada. Las setas necesitan luz, los champiñones exigen oscuridad y materia orgánica descompuesta. Las setas, sin embargo, no se producen con estiércol sino entre la paja y el yeso.
"El cultivo industrial de setas emplea el sistema holandés con sensores que controlan automáticamente la humedad, la luz, la temperatura y la ventilación", señala José Juan Pérez.
Afonso cuenta con una nave de 118 metros cuadrados con tres niveles de estanterías. "Nosotros vendemos a cinco euros el kilo, pero en el supermercado se venden a ocho o nueve y en algunos hasta en diez euros".
Sólo unos metros más arriba Enrique tiene con su hermano Paco una bodega, Viña Cantera, que produce 6.000 litros de tinto joven, de barrica y blanco dulce al año. "Tenemos 10.000 parras y cinco fanegadas de tierra", manifiesta orgulloso Francisco Afonso Ortega.
La cadena de supermercados Spar ha sido una de las que más han comprado la seta de Valsequillo, pero ahora ya se está vendiendo también en los mercadillos del Cabildo de Gran Canaria: Vecindario, Arucas y San Lorenzo. Hace poco participó en la Feria de Alimentación de la isla de Gran Canaria.
Para que broten las setas en racimo hay que esperar un mes. "Se cortan a mano, girándolas. A los quince días se cogen otra vez y así hasta tres veces. Claro que las de mayor calidad y cantidad son las primeras", dice el ingeniero agrónomo. La primera vez se recoge hasta el quince por ciento del peso del paquete de esporas, la segunda el siete por ciento y así sucesivamente. Cada paquete recubierto de plástico pesa unos veinte kilos.
Miguel Melián inició su afición por las setas viendo un programa de televisión que hablaban de ellas. Luego asistió a una charla de un experto de setas y champiñones de Albacete y a un curso que dio en Valsequillo.
"Yo era comerciante y me interesó el asunto. Era complicado traer la semilla, pero las consejerías no ayudan. La seta se suele coger en el monte, pero también se puede cultivar en cuevas y en naves industriales. El cultivo sale caro, una bolsa de semilla puede costar dos o tres euros y hay que traerlas en frío, sale una fortuna. Lo más caro es el transporte desde la Península", afirma Miguel Melián.
Miguel Melián fue pionero en este cultivo. Lo hace de forma tradicional en una cueva de su propiedad de mil metros cuadrados. Enrique Afonso, sin embargo, lo hace de forma industrial en una nave en La Cantera. José Juan Pérez, ingeniero agrónomo, les ayuda en esta aventura.
Melián comenzó a ejercer esta práctica en el año 1997 por el sistema tradicional de cueva. Afonso comenzó hace apenas cuatro meses a cultivar la seta de forma industrial. Se trata de la seta ostra, Pleurotus ostreatus en su nombre científico.
Esta clase de seta se cultiva a través de unos paquetes plásticos que contienen la semilla de la espora, paja, yeso y agua. "Es totalmente ecológica, no se sulfata, no contiene nada químico", asegura Pérez Suárez.
El cultivo de la seta requiere una temperatura de entre 18 y 21 grados centígrados, una humedad de entre el 80 y 90%, una ventilación concentrada y de diez a doce horas de luz.
La cueva tiene una humedad natural y una temperatura adecuada. Las setas necesitan luz, los champiñones exigen oscuridad y materia orgánica descompuesta. Las setas, sin embargo, no se producen con estiércol sino entre la paja y el yeso.
"El cultivo industrial de setas emplea el sistema holandés con sensores que controlan automáticamente la humedad, la luz, la temperatura y la ventilación", señala José Juan Pérez.
Afonso cuenta con una nave de 118 metros cuadrados con tres niveles de estanterías. "Nosotros vendemos a cinco euros el kilo, pero en el supermercado se venden a ocho o nueve y en algunos hasta en diez euros".
Sólo unos metros más arriba Enrique tiene con su hermano Paco una bodega, Viña Cantera, que produce 6.000 litros de tinto joven, de barrica y blanco dulce al año. "Tenemos 10.000 parras y cinco fanegadas de tierra", manifiesta orgulloso Francisco Afonso Ortega.
La cadena de supermercados Spar ha sido una de las que más han comprado la seta de Valsequillo, pero ahora ya se está vendiendo también en los mercadillos del Cabildo de Gran Canaria: Vecindario, Arucas y San Lorenzo. Hace poco participó en la Feria de Alimentación de la isla de Gran Canaria.
Para que broten las setas en racimo hay que esperar un mes. "Se cortan a mano, girándolas. A los quince días se cogen otra vez y así hasta tres veces. Claro que las de mayor calidad y cantidad son las primeras", dice el ingeniero agrónomo. La primera vez se recoge hasta el quince por ciento del peso del paquete de esporas, la segunda el siete por ciento y así sucesivamente. Cada paquete recubierto de plástico pesa unos veinte kilos.
Miguel Melián inició su afición por las setas viendo un programa de televisión que hablaban de ellas. Luego asistió a una charla de un experto de setas y champiñones de Albacete y a un curso que dio en Valsequillo.
"Yo era comerciante y me interesó el asunto. Era complicado traer la semilla, pero las consejerías no ayudan. La seta se suele coger en el monte, pero también se puede cultivar en cuevas y en naves industriales. El cultivo sale caro, una bolsa de semilla puede costar dos o tres euros y hay que traerlas en frío, sale una fortuna. Lo más caro es el transporte desde la Península", afirma Miguel Melián.
Vía: La Provincia, 26/10/2010
F:http://www.laprovincia.es/gran-canaria/2010/10/27/valsequillo-cultiva-setas/330390.html
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