El descubrimiento lo hizo un grupo de científicos, pero no se ha explorado la geología del terreno.
Un informe de varios científicos, entre los que se cuenta uno de la Universidad Nacional, puso al descubierto un cataclismo ocurrido en el Llano colombiano hace más de 30 millones de años, pero cuyas consecuencias sólo hasta ahora podrían empezar a aflorar.
Se trata de la caída de un meteoro, de unos 2,5 kilómetros de diámetro, en lo que hoy es el Vichada y cuyo impacto modificó el cauce del río del mismo nombre. Todo empezó en 2004 cuando Maximiliano Rocca, un científico argentino que hacía un reconocimiento de Suramérica a través de imágenes satelitales, descubrió que el río Vichada "torcía su rumbo para seguir un curso semicircular, lo que parecía indicar que se había adaptado a un relieve previo de una estructura anular equivalente a las que generan estructuras de impacto de asteroides".
El artículo llamado Geophysical evidence for an impact crater in Vichada, northwestern South America and its economic potential (Evidencias geofísicas de un cráter de impacto en Vichada, noroeste de América del Sur y su potencial económico), fue escrito, entre otros, por el científico Orlando Hernández, pero hace parte de un programa internacional para la detección de nuevos sitios de impacto de asteroides financiado por The Planetary Society, en Pasadena, (California, Estados Unidos). El cráter detectado es hasta ahora el mayor impacto conocido en Suramérica, pero es pequeño frente a otros como el de Sudáfrica, hace unos 2.000 millones de años, cuando en el planeta solo había bacterias y que medía 300 kilómetros, según Rocca.
El impacto localizado en el Llano ya es conocido científicamente como 'Estructura Río Vichada' y está clasificado como 'multianillo', ya que hace dos círculos, producto del impacto: uno interno de 20 kilómetros de diámetro y otros externo de 30 kilómetros. Solo hasta diciembre del 2009 el grupo de científicos pudo comprobar que la estructura era producto de la caída de un meteoro. Lo que ahora se trata de establecer es la riqueza mineral que pudo haber dejado tal impacto. En la mayoría de los más de 200 impactos de meteoritos localizados en otros sitios del mundo, se han detectado desde yacimientos de petróleo, diamantes y gas natural, entre otros.
"La Estructura Río Vichada puede ser una de las siete estructuras ocultas, que podría generar afloramientos de depósitos minerales", dice una de las conclusiones del informe.
Sin embargo, hasta que se hagan estudios geológicos y exploraciones en terreno, no se conocerá su potencial económico.
La historia de los grandes impactos sobre la tierra Durante toda su historia geológica, nuestro planeta ha sido golpeado repetidas veces por objetos espaciales. Los científicos aseguran que la misma Luna fue un pedazo desprendido inicialmente de un impacto de grandes magnitudes en los que hasta ahora se formaba el sistema solar. Cuando al telescopio se ven otros planetas y nuestro satélite natural, se observarán rastros de esos impactos.
Aunque los científicos siguen buscando en la Tierra las huellas de esos choques de asteroides, en pocos lugares se ven evidencias de superficies frescas de impactos meteóricos, de ahí la importancia de 'Estructura Río Vichada'. Uno de los ejemplos más evidentes es 'Meteor Crater' de Arizona, en Estados Unidos, que tiene apenas unos 21.000 años.
Los asteroides del Cinturón Principal giran alrededor del Sol en órbitas casi circulares entre Marte y Júpiter desde el origen del Sistema Solar. Sin embargo, a ciertas distancias del Sol, la fuerza de atracción gravitatoria de los planetas los perturba en su viaje orbital cambiándoles el rumbo.
Son las llamadas resonancias orbitales. Júpiter es el responsable principal, con su enorme fuerza de gravedad, de alterar las órbitas de los asteroides del Cinturón Principal. Los atrae cambiando una órbita casi circular en una nueva, ahora de forma elíptica (ovalada). Otro mecanismo de cambio orbital son los impactos y choques entre asteroides dentro mismo del Cinturón Principal. Ellos producen astillas gigantes que salen disparadas en nuevas órbitas que las alejan de su lugar de origen. En muchos casos estas órbitas nuevas se cruzan con la de algún planeta cercano y éste, a su vez, también perturba otra vez la órbita del asteroide. Muchos asteroides se mueven en órbitas verdaderamente caóticas por todo el Sistema Solar interior.
Es así como un asteroide que se originó en el Cinturón Principal se transforma, con el tiempo, en un Asteroide que se Acerca a la Tierra. En inglés se los conoce como Near Earth Asteroids.
Vía: Madri+d, 14/10/10
F:http://www.madrimasd.org/iberoamerica/actualidad/mostrar_info.asp?id=45752
Un informe de varios científicos, entre los que se cuenta uno de la Universidad Nacional, puso al descubierto un cataclismo ocurrido en el Llano colombiano hace más de 30 millones de años, pero cuyas consecuencias sólo hasta ahora podrían empezar a aflorar.
Se trata de la caída de un meteoro, de unos 2,5 kilómetros de diámetro, en lo que hoy es el Vichada y cuyo impacto modificó el cauce del río del mismo nombre. Todo empezó en 2004 cuando Maximiliano Rocca, un científico argentino que hacía un reconocimiento de Suramérica a través de imágenes satelitales, descubrió que el río Vichada "torcía su rumbo para seguir un curso semicircular, lo que parecía indicar que se había adaptado a un relieve previo de una estructura anular equivalente a las que generan estructuras de impacto de asteroides".
El artículo llamado Geophysical evidence for an impact crater in Vichada, northwestern South America and its economic potential (Evidencias geofísicas de un cráter de impacto en Vichada, noroeste de América del Sur y su potencial económico), fue escrito, entre otros, por el científico Orlando Hernández, pero hace parte de un programa internacional para la detección de nuevos sitios de impacto de asteroides financiado por The Planetary Society, en Pasadena, (California, Estados Unidos). El cráter detectado es hasta ahora el mayor impacto conocido en Suramérica, pero es pequeño frente a otros como el de Sudáfrica, hace unos 2.000 millones de años, cuando en el planeta solo había bacterias y que medía 300 kilómetros, según Rocca.
El impacto localizado en el Llano ya es conocido científicamente como 'Estructura Río Vichada' y está clasificado como 'multianillo', ya que hace dos círculos, producto del impacto: uno interno de 20 kilómetros de diámetro y otros externo de 30 kilómetros. Solo hasta diciembre del 2009 el grupo de científicos pudo comprobar que la estructura era producto de la caída de un meteoro. Lo que ahora se trata de establecer es la riqueza mineral que pudo haber dejado tal impacto. En la mayoría de los más de 200 impactos de meteoritos localizados en otros sitios del mundo, se han detectado desde yacimientos de petróleo, diamantes y gas natural, entre otros.
"La Estructura Río Vichada puede ser una de las siete estructuras ocultas, que podría generar afloramientos de depósitos minerales", dice una de las conclusiones del informe.
Sin embargo, hasta que se hagan estudios geológicos y exploraciones en terreno, no se conocerá su potencial económico.
La historia de los grandes impactos sobre la tierra Durante toda su historia geológica, nuestro planeta ha sido golpeado repetidas veces por objetos espaciales. Los científicos aseguran que la misma Luna fue un pedazo desprendido inicialmente de un impacto de grandes magnitudes en los que hasta ahora se formaba el sistema solar. Cuando al telescopio se ven otros planetas y nuestro satélite natural, se observarán rastros de esos impactos.
Aunque los científicos siguen buscando en la Tierra las huellas de esos choques de asteroides, en pocos lugares se ven evidencias de superficies frescas de impactos meteóricos, de ahí la importancia de 'Estructura Río Vichada'. Uno de los ejemplos más evidentes es 'Meteor Crater' de Arizona, en Estados Unidos, que tiene apenas unos 21.000 años.
Los asteroides del Cinturón Principal giran alrededor del Sol en órbitas casi circulares entre Marte y Júpiter desde el origen del Sistema Solar. Sin embargo, a ciertas distancias del Sol, la fuerza de atracción gravitatoria de los planetas los perturba en su viaje orbital cambiándoles el rumbo.
Son las llamadas resonancias orbitales. Júpiter es el responsable principal, con su enorme fuerza de gravedad, de alterar las órbitas de los asteroides del Cinturón Principal. Los atrae cambiando una órbita casi circular en una nueva, ahora de forma elíptica (ovalada). Otro mecanismo de cambio orbital son los impactos y choques entre asteroides dentro mismo del Cinturón Principal. Ellos producen astillas gigantes que salen disparadas en nuevas órbitas que las alejan de su lugar de origen. En muchos casos estas órbitas nuevas se cruzan con la de algún planeta cercano y éste, a su vez, también perturba otra vez la órbita del asteroide. Muchos asteroides se mueven en órbitas verdaderamente caóticas por todo el Sistema Solar interior.
Es así como un asteroide que se originó en el Cinturón Principal se transforma, con el tiempo, en un Asteroide que se Acerca a la Tierra. En inglés se los conoce como Near Earth Asteroids.
Vía: Madri+d, 14/10/10
F:http://www.madrimasd.org/iberoamerica/actualidad/mostrar_info.asp?id=45752
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