La capacidad de realizar la fotosíntesis estaba hasta ahora reservada a las plantas y las algas, pero los científicos han encontrado el primer animal que la practica y «funciona» como si fuera un vegetal.
Se trata de una súper babosa de mar de un llamativo color verde, la Elysia chlorotica, que vive en la costa este de EE.UU. y Canadá, y que ha sido estudiada por científicos de la Universidad de South Florida en Tampa.
La babosa era conocida por «robar» los genes de las algas que come, las Vaucheria litorea. De esta forma, obtenía los cloroplastos -unas estructuras de color verde propias de las células vegetales que permiten a las plantas convertir la luz solar en energía-, y los almacenaba en las células que cubren su intestino. Pero ahora parece que ha desarrollado toda una vía de químicos para la fabricación de su propio pigmento de clorofila, sin necesidad de robárselo a las algas.
La clorofila es un pigmento que captura energía de la luz del sol en la fotosíntesis. Los investigadores utilizaron un sofisticado equipo radioactivo para comprobar que las babosas producían la clorofila por sí mismas y que ésta no estaba originada por las algas que comían. En la babosa, los cloroplastos se extraen y se esconden dentro de las propias células del animal, donde permanecen activas alrededor de un año. Una vez que una babosa joven se ha alimentado de las algas, nunca tendrá que volver a comer si tiene acceso a la luz y los suministros de clorofila y de otros productos químicos que se producen en la fotosíntesis.
Los investigadores han encontrado babosas que no han comido nada en al menos cinco meses. El descubrimiento será publicado en la revista Symbiosis.
Vía:Madri+d, 14/01/10
F:http://www.madrimasd.org/informacionidi/noticias/noticia.asp?id=42222&origen=notiweb
Se trata de una súper babosa de mar de un llamativo color verde, la Elysia chlorotica, que vive en la costa este de EE.UU. y Canadá, y que ha sido estudiada por científicos de la Universidad de South Florida en Tampa.
La babosa era conocida por «robar» los genes de las algas que come, las Vaucheria litorea. De esta forma, obtenía los cloroplastos -unas estructuras de color verde propias de las células vegetales que permiten a las plantas convertir la luz solar en energía-, y los almacenaba en las células que cubren su intestino. Pero ahora parece que ha desarrollado toda una vía de químicos para la fabricación de su propio pigmento de clorofila, sin necesidad de robárselo a las algas.
La clorofila es un pigmento que captura energía de la luz del sol en la fotosíntesis. Los investigadores utilizaron un sofisticado equipo radioactivo para comprobar que las babosas producían la clorofila por sí mismas y que ésta no estaba originada por las algas que comían. En la babosa, los cloroplastos se extraen y se esconden dentro de las propias células del animal, donde permanecen activas alrededor de un año. Una vez que una babosa joven se ha alimentado de las algas, nunca tendrá que volver a comer si tiene acceso a la luz y los suministros de clorofila y de otros productos químicos que se producen en la fotosíntesis.
Los investigadores han encontrado babosas que no han comido nada en al menos cinco meses. El descubrimiento será publicado en la revista Symbiosis.
Vía:Madri+d, 14/01/10
F:http://www.madrimasd.org/informacionidi/noticias/noticia.asp?id=42222&origen=notiweb
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