El Ayuntamiento de Ingenio inicia hoy una fumigación en la zona de El Burrero.
Dos hongos, el Fusarium o bayud y el Thielaviopsis, hasta ahora casi inexistentes en las palmeras de los núcleos urbanos del sureste de Gran Canaria, junto a la presencia del insecto conocido como diocalandra, vuelven a sembrar el pánico entre los técnicos y defensores de esta planta canaria. Más de un centenar de palmeras urbanas de la comarca, ubicadas principalmente en las zonas de El Burrero y de la autopista GC-1, están afectadas. De ellas, según los técnicos, un 20% no se salvarán debido a la extensión del hongo.
Por ello, el Ayuntamiento de Ingenio iniciará hoy el proceso de fumigación y tomará muestras del palmeral con carácter urgente para que la Granja Agrícola del Cabildo de Gran Canaria analice de forma exhaustiva estos hongos. De esta forma los técnicos podrán iniciar un tratamiento fitosanitario lo antes posible. La situación, aseguran, "es muy grave ya que la extensión del hongo es imprevisible".
Eduardo Fránquiz, de la Asociación de Defensa de la Palmera Canaria Tajalague asegura que "las palmeras están afectadas por estos dos hongos, pero no sólo las palmeras urbanas del Sureste sino las de casi todas las islas. Lo que ocurre es que hasta hace unos años había un desconocimiento absoluto de este tipo de enfermedades y tras las últimas campañas de análisis, ahora se detectan más".
SIN DRAMATIZAR. Fránquiz insiste en que "no hay que dramatizar, pero lo que está claro es que la situación es bastante grave. El Sureste cuenta con 45.000 palmeras aproximadamente, de las cuales más de un centenar son urbanas, que son las afectadas en este caso. Podemos decir que todas están afectadas, pero confiamos en que respondan al tratamiento fitosanitario cuanto antes".
En cuanto a las razones de la situación, el experto lo atribuye principalmente a las malas prácticas culturales. A "un desastre de años".
Las medidas de prevención, según Fránquiz, se han valorado en jornadas y actos sobre la defensa de la palmera. El hongo se reproduce por esporas y un despiste en la desinfección de los instrumentos con los que se trata a la palmera es suficiente para la propagación.
La zona de palmeras más crítica es la de la playa de El Burrero, ya que tras una limpieza por parte de los operarios del Ayuntamiento se encontraron signos de diocalandra. José Manuel Sánchez, ingeniero municipal, dice que "cuando este insecto ataca a las palmeras siempre se asocia con la aparición de hongos, en este caso podría ser el Fusarium y el Thielaviopsis. Actúan lentamente, pero consiguen matar a la palmera".
MONTSE DE LEÓN ACUÑA - SANTA LUCÍA.
Vía: La Provincia, 04/09/08
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