Portada (c) y varias páginas de cuadernos de bitácora históricos. | Dennis Wheeler.
- Un proyecto estudiará los libros escritos en expediciones entre 1750 y 1850
- Serán utilizados para investigar los cambios en el clima del Ártico
- Las mediciones de la capa de hielo con satélites se realizan desde 1979
2010 ha sido un año cálido en el Ártico. Las temperaturas han llegado a alcanzar en algunas zonas hasta 10 grados más de lo habitual y la extensión de la capa de hielo ha sido la más baja desde 1979, el año en el que empezaron a tomarse registros.
Precisamente la falta de mediciones anteriores a la época en la que los satélites vigilan la Tierra es uno de los obstáculos que los científicos del clima tienen para llevar a cabo sus investigaciones. Para intentar recabar datos más antiguos recurren a diversos métodos, como el estudio de los cuadernos de bitácora. La Universidad británica de Sunderland va a iniciar el próximo mes de marzo un proyecto para investigar el clima del Ártico entre 1750 y 1850 utilizando cuadernos de bitácora de expediciones que surcaron los mares en esta época.
Recreación del barco Hindostan, de la East India Company.
Lo que ocurre en el Ártico afecta al resto del planeta por lo que el estudio de esta zona es clave para estudiar los efectos del cambio climático.
Expediciones históricas
Entre los cuadernos de bitácora que se analizarán durante los próximos tres años se encuentran los que se escribieron durante famosos viajes, como la expedición polar que a principios del siglo XIX llevó a cabo William Edward Parry, uno de los primeros exploradores del Ártico, a bordo del HMS Hecla.
Libro del 'Experiment' (hacia 1690).
Asimismo, examinarán un cuaderno de bitácora del explorador Sir John Franklin, que perdió la vida junto a toda su tripulación en el Ártico canadiense cuando intentaban llegar al Paso del Noroeste, en 1845. También analizarán otros libros de la Royal Navy, de barcos balleneros así como datos recopilados por la Hudson Bay Company, una de las primeras compañías comerciales del mundo.
"Estudiaremos el cambio climático en esta región, especialmente el retroceso y el avance del hielo entre 1750 y 1850", explica Dennis Wheeler, principal investigador de este proyecto. "Desde un punto de vista ambiental, el Ártico es una zona de enorme importancia pero necesitamos saber cómo se ha comportado en el pasado para intentar averiguar qué va a ocurrir en el futuro. No puedes mirar hacia delante sin mirar antes atrás", asegura el científico.
Una época importante para el clima
El periodo que abarca este proyecto, según subraya Wheeler, es importante desde un punto de vista climatológico porque es anterior a la emisión de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Asimismo, durante esos años se produjeron grandes erupciones de volcanes y el sol se comportó de una manera poco habitual: "Fue una época con actividad solar baja, conocida como el Mínimo de Dalton (Dalton Minimun, en inglés. Europa vivió un periodo fríoque duró desde 1790 a 1830 aproximadamente).
Sin embargo, el científico señala que aún no disponen de suficientes datos, ya que han encontrado informaciones contradictorias procedentes de distintos cuadernos de bitácora sobre al avance y el retroceso de hielo.
Recientemente, Wheeler participó en un proyecto que también utilizó cuadernos de bitácora históricos para reconstruir cambios climáticos en el pasado. Tanto la UK Colonial Registers como la Royal Navy Logbooks (CORRAL) digitalizaron una selección de 300 cuadernos de bitácora. Entre ellos figuran los de la larga expedición que Charles Darwin llevó a cabo a bordo del mítico Beagle y que comenzó en 1831.
Los primeros datos sobre el clima
Libro del 'Rattlesnake' (hacia 1790).
No fue el interés científico sino la necesidad de localizar a los barcos la razón por la que se empezaron a recopilar los primeros datos sobre el clima. La ciencia de la navegación era muy imprecisa hasta mediados del siglo XIX. Se produjeron muchos accidentes debido a los cálculos erróneos sobre la fuerza y la dirección del viento así que cada vez se esforzaron más en anotar correctamente las mediciones durante las expediciones.
Además de los datos sobre el viento, los cuadernos de bitácora recopilaban información sobre la meteorología: lluvias, tormentas, el estado de la mar y del cielo, etc. Y no sólo eso, muchos de ellos contienen abundante información sobre la vida a bordo y los lugares que visitaban. Datos que los científicos intentan descifrar para reconstruir los fenómenos climáticos del pasado con el objetivo de entender el presente y predecir el futuro.
Teresa Guerrero
Vía: El Mundo, 18/01/2011
F:http://www.elmundo.es/elmundo/2011/01/14/ciencia/1295018329.html
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