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lunes, julio 07, 2008

Construir la memoria del Garoé


La revista 'Paisea' dedica su portada a un trabajo en El Hierro de María Reyes Febles y David Mallo.

Los arquitectos rehabilitan el paisaje y el sistema de captación de agua en torno al árbol mítico.

Torriani lo recreó en un dibujo de su Descripción e Historia del reino de las Islas Canarias antes Afortunadas, con el parecer de sus fortificaciones, y otros cronistas terminaron de fijarlo en el imaginario de los herreños. El Garoé, un árbol que tenía la capacidad de transformar la niebla en agua y calmar la sed de la Isla, sigue pesando en la memoria del Archipiélago. Sin embargo, su poder icónico provocó que las continuas visitas deterioraran su emplazamiento. Una iniciativa del Cabildo herreño ejecutada por los arquitectos María Reyes Febles y David Mallo ha devuelto a la zona su irradiación, como destaca en portada la revista de arquitectura de paisaje Paisea.

Derribado por una tormenta en 1610 y sustituido sucesivamente por otros ejemplares, el Garoé actual y su entorno reciben al visitante en un recinto construido con un muro de cierre que recrea el perfil de la montaña donde se enclavan, formando un espacio de acogida que en el interior del muro aloja una pequeña dependencia.

La ausencia del Garoé originario es el centro de gravedad de la intervención. El contorno del dibujo de Torriani, una rama con hojas y frutos, es el motivo de diseño de los elementos que conforman el proyecto, como la verja de acceso al recinto y parte del mobiliario. Esta figura vegetal, repetida y recortada en acero cortén sobre una estructura de sujeción, constituye el cierre del recinto y, aprovechando el negativo o huella en la chapa, se pliegan las papeleras.

Los arquitectos, en colaboración con un equipo de arqueólogos, prestaron especial atención al sistema de albercas, uno de los elementos más deteriorados del lugar. A través de estas estructuras, tanto excavadas como construidas, se almacenaba el agua condensada en las ramas del Garoé.

El revestimiento del espacio de entrada se ha hecho en el color de los elementos excavados: el rojo de las arcillas impermeables de las albercas, resaltando sus valores etnográficos.
MARIANO DE SANTA ANA

Vía: La Provincia, 06/07/08

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