Micólogos y meteorólogos coinciden en que mayo ha reproducido las condiciones de octubre.
PEP CÓRCOLES. INCA. En los bosques de Mallorca han vuelto a brotar este año las rúsulas y las setas de poll y card, entre otras especies propias del otoño. Las causas de esta inusual segunda cosecha cabe buscarlas en las condiciones meteorológicas excepcionales del mes pasado.Las lluvias copiosas de mayo unidas a las temperaturas primaverales han provocado que se reproduzcan las condiciones ambientales propicias.
PEP CÓRCOLES. INCA. En los bosques de Mallorca han vuelto a brotar este año las rúsulas y las setas de poll y card, entre otras especies propias del otoño. Las causas de esta inusual segunda cosecha cabe buscarlas en las condiciones meteorológicas excepcionales del mes pasado.Las lluvias copiosas de mayo unidas a las temperaturas primaverales han provocado que se reproduzcan las condiciones ambientales propicias.
Josep Lleonard Siquier, experto en micología y coautor de la enciclopedia Bolets de les Balears, explica que "para los hongos estas temperaturas y humedad reproducen las mismas condiciones que se presentan a finales de septiembre o principios de octubre. Por ello, no es de extrañar que hayan fructificado de nuevo muchas especies, sobre todo las rúsulas y los champiñones silvestres".
Centro meteorológico
Desde el centro zonal del Instituto Nacional de Meteorología confirman estas circunstancias. Una fuente oficial del citado instituto coincide en que "las condiciones son muy parecidas. Octubre suele ser el mes más lluvioso del año y este mes pasado ha sido muy similar. En áreas del sur y del centro de la isla se ha superado el récord histórico de precipitaciones. Unido a ello cabe destacar que las temperaturas son buenas".
Antònia Martorell, vecina del paraje rural de Santa Magdalena de Inca, aseguraba ayer que había recogido champiñones silvestres este pasado fin de semana. Siquier precisa que "es perfectamente normal. El champiñón es una especie que fácilmente brota con estas condiciones de humedad y temperatura".
Maria Marroig, también vecina de Inca explica sorprendida que encontró una farinera del tamaño de un plato sopero. Se trata de una especie de poco interés culinario, pero de apariencia muy espectacular.En los bosques se están dando estos días otras sorpresas muy apetitosas. Las rúsulas -que sí tienen un gran valor culinario- están brotando de nuevo. En esta familia encontramos setas del tipo blava o campanilla. También se han localizado en varias zonas las exquisitas gírgoles de card (seta de cardo) y de poll (de chopo o de álamo), según confirma Siquier.
Las "gírgoles"
Las setas de cardo, chopo y paja se desarrollan bien bajo el clima mediterráneo: no necesitan excesivas cantidades de lluvia, pero son muy sensibles a su abundancia. Crecen habitualmente en otoño.
Cuando las lluvias de septiembre-octubre sobrevienen con cierta generosidad, la cosecha de setas es muy segura. Cantidades de lluvia superiores a los 50 litros pueden ser suficientes para su desarrollo, sobre todo si se concentran en un lapso de tiempo corto -un par de días- que permita su penetración en las capas profundas del suelo. Las lluvias de noviembre-diciembre no son a veces suficientes, por cuanto a menudo se acompañan de frío excesivo y de heladas que dificultan o impiden la proliferación de las setas.
La seta de cardo crece sobre todo en terrenos calizos, sobre eriales, baldíos, espacios perdidos que lleven unos años sin cultivar, sobre crestas y cuestas, sobre parameras calcáreas, aprovechando siempre la materia orgánica acumulada y, especialmente, la del tronco del cardo, al que frecuentemente aparecen asociadas, alimentándose de su materia en descomposición o de sus raíces.
Vía: Diario de Mallorca, 03/06/08
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