Por su interés medioambiental reproducimos esta noticia aparecida en dos de los principales periódicos de las Islas.
La invasión de polvo sahariano altera la composición de un tercio de los suelos canarios
Más de un 30% del material que tenemos en las superficies de los suelos naturales en Canarias son de calima o polvo sahariano", afirmó ayer la profesora Inmaculada Menéndez González, durante la conferencia El impacto del polvo sahariano en suelos de Gran Canaria, impartida en el marco de las III Jornadas Canarias de Geología que organiza el Departamento de Física de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en colaboración con el Área de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, el Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria y la Biblioteca Simón Benítez Padilla.
Menéndez habló del proceso de formación de las calimas, cómo llegan y los depósitos que crean, así como la distribución del tamaño de las partículas. "Estamos conviviendo con el mayor desierto a nivel mundial que es el Sahara y teniéndolo como vecino, la invasión de calima es irremediable porque está en la superficie y con la llegada de masas de aire lo recoge y lo mete dentro de la circulación atmosférica", afirmó.
La experta de la ULPGC destacó que existen cuatro grandes focos desde donde se originan las grandes calimas que llegan a Canarias desde hace miles de años y que, además de formar loess peridesérticos, originan que, en los entornos naturales, se formen suelos en los que tenemos ese material de calima, "que se puede rastrear porque tenemos la suerte de que en Canarias no existe cuarzo, el que hay viene en su totalidad de fuera, y ahí tenemos una pista buenísima para seguir las calimas", apuntó.
Las jornadas contarán con la participación de expertos universitarios y de centros científicos públicos y privados, según destacó el responsable del comité organizador, José Mangas Viñuela, catedrático de Física de la ULPGC. Ayer se abordó también los terremotos en Canarias y la crisis sísmica en Tenerife del 2004, a cargo de María José Blanco Suárez del Instituto Geográfico Nacional.
F:http://www.laprovincia.es/ 15/11/06
La calima hace que las Islas crezcan
Un 30%, como mínimo, del material que hay sobre la superficie de los suelos de Gran Canaria procede de las invasiones de polvo sahariano
No toda la superficie de Gran Canaria procede del volcán. Al menos un 30% del material que hay en la superficie de los suelos de Gran Canaria procede de la calima, según explicó la sedimentóloga de la ULPGC Inmaculada Menéndez, en las III Jornadas Canarias de Geología.
La calima tiene implicaciones en la calidad del aire y en la producción de nutrientes del mar. Faltaba por despejar la incógnita de los efectos de la aportación del polvo del desierto en la tierra. Y de eso se encargó ayer la doctora Inmaculada Menéndez, que cerró el primer día de conferencias de las III Jornadas Canarias de Geología.
«No toda la superficie de Gran Canaria procede de la meteorización de la roca sino que gran parte, un tercio por lo menos, es material de fuera», indicó la geóloga.
El polvo que parte de África deposita cada año dos milímetros de partículas sobre la superficie de Gran Canaria. Eso supone que la Isla crece unos 20 centímetros cada mil años. Desde una perspectiva humana quizás parezca que no es nada pero aplicando una visión geológica, se trata de un incremento relevante. «Lo importante es que hay un gran porcentaje de material que viene de fuera y eso tiene sus implicaciones», indicó Menéndez.
La geóloga informó de que cada año salen del Sáhara unas 260 toneladas de polvo africano hacia el Océano Atlántico, de las que casi 40 toneladas pueden caer sobre la región Canarias.
Estas cifras, sin embargo, contrastan con otras ofrecidas por el área de Química Física de la ULPGC, que cifra en 1,3 millones de toneladas la cantidad de polvo que entra en la región canaria, en unos 80.000 kilómetros cuadrados.
En cualquier caso, esta aportación resulta fundamental para el suelo de las Islas. Sin ella la cubierta vegetal tendría más dificultades aún para subsistir. Ello es debido a que los suelos canarios son muy arcillosos y eso puede generar problemas de impermeabilización que dificultan el arraigo de las plantas. Sin embargo, las calimas aportan otros elementos que equilibran esta situación y facilitan la supervivencia de las plantas. Sin embargo, desde una perspectiva mineralógica, los beneficios para el suelo no son tantos. La calima trae carbonatos que se unen a los que ya hay aquí y pueden formar una especie de losa impermeable que impide la penetración de las raíces y el propio desarrollo del suelo.
No toda la superficie de Gran Canaria procede del volcán. Al menos un 30% del material que hay en la superficie de los suelos de Gran Canaria procede de la calima, según explicó la sedimentóloga de la ULPGC Inmaculada Menéndez, en las III Jornadas Canarias de Geología.
La calima tiene implicaciones en la calidad del aire y en la producción de nutrientes del mar. Faltaba por despejar la incógnita de los efectos de la aportación del polvo del desierto en la tierra. Y de eso se encargó ayer la doctora Inmaculada Menéndez, que cerró el primer día de conferencias de las III Jornadas Canarias de Geología.
«No toda la superficie de Gran Canaria procede de la meteorización de la roca sino que gran parte, un tercio por lo menos, es material de fuera», indicó la geóloga.
El polvo que parte de África deposita cada año dos milímetros de partículas sobre la superficie de Gran Canaria. Eso supone que la Isla crece unos 20 centímetros cada mil años. Desde una perspectiva humana quizás parezca que no es nada pero aplicando una visión geológica, se trata de un incremento relevante. «Lo importante es que hay un gran porcentaje de material que viene de fuera y eso tiene sus implicaciones», indicó Menéndez.
La geóloga informó de que cada año salen del Sáhara unas 260 toneladas de polvo africano hacia el Océano Atlántico, de las que casi 40 toneladas pueden caer sobre la región Canarias.
Estas cifras, sin embargo, contrastan con otras ofrecidas por el área de Química Física de la ULPGC, que cifra en 1,3 millones de toneladas la cantidad de polvo que entra en la región canaria, en unos 80.000 kilómetros cuadrados.
En cualquier caso, esta aportación resulta fundamental para el suelo de las Islas. Sin ella la cubierta vegetal tendría más dificultades aún para subsistir. Ello es debido a que los suelos canarios son muy arcillosos y eso puede generar problemas de impermeabilización que dificultan el arraigo de las plantas. Sin embargo, las calimas aportan otros elementos que equilibran esta situación y facilitan la supervivencia de las plantas. Sin embargo, desde una perspectiva mineralógica, los beneficios para el suelo no son tantos. La calima trae carbonatos que se unen a los que ya hay aquí y pueden formar una especie de losa impermeable que impide la penetración de las raíces y el propio desarrollo del suelo.
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