Científicos de esta Universidad, dirigidos por el profesor Michael Mann, examinaron los sedimentos de los huracanes que han atravesado la costa de Norteamérica y del Caribe, y constataron que el número actual de huracanes es históricamente alto.
En la última década se ha registrado una media de 17 huracanes y tormentas tropicales, el doble que a principios del siglo XX y una cifra sólo comparable e incluso superada, según el estudio, durante la anomalía climática que se produjo durante el medievo (el Periodo de Calentamiento Medieval) hace aproximadamente 1.000 años.
La investigación no evalúa si existe una relación entre el incremento de los episodios de este fenómeno meteorológico y el cambio climático y se limita a ofrecer los datos empíricos.
Para elaborar la serie histórica los investigadores estudiaron los sedimentos que dejan tierra adentro, especialmente en las lagunas próximas a la costa, los vientos de hasta 300 kilómetros por hora de los huracanes que llegan a impactar en la tierra.
Se analizaron los sedimentos de siete lagunas en la costa de EEUU y de una laguna en Puerto Rico, y se hizo un cálculo aproximado del número de huracanes ocurrido en cada época a partir del numero de ellos que alcanzó la costa (muchos se pierden en el mar).
El equipo del profesor Mann también estudió modelos previos de ordenador sobre generación de huracanes y tuvo en cuenta los principales factores que influyen en la virulencia del fenómeno: la temperatura de la superficie en la franja tropical del océano Atlántico, los ciclos de El Niño y La Niña, que se generan en la costa este del océano Pacífico, y la oscilación del Atlántico Norte.
La investigación sugiere que pese a que la frecuencia e intensidad de los huracanes de hoy y de hace 1.000 años son las mismas, no tienen detrás las mismas causas ni características.
Hace 1.000 años, explicó Mann, un prolongado desarrollo de La Niña (circunstancia que influye en la generación de huracanes) coincidió con una climatología relativamente cálida en el Atlántico, lo que convirtió el fenómeno en algo más azaroso y circunstancial.
En la última década, sin embargo, el alto número de huracanes sólo tiene que ver con un calentamiento del agua del Atlántico, lo que establece una pauta más sencilla y más peligrosa, porque todo apunta a que la temperatura del océano aumente en las próximas décadas.
"Aunque los niveles de actividad son similares, entre hace 1.000 años y ahora, los factores implicados son diferentes", dijo Mann. Y advirtió: "Esto implica que si todo lo demás se mantiene igual, entonces el calentamiento de la zona tropical del Atlántico debería derivar en un creciente aumento de la actividad ciclónica".
Agencia EFE
Vía: El Mundo, 15/08/09
F:http://www.elmundo.es/elmundo/2009/08/14/ciencia/1250257850.html
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