Según los expertos, estos árboles podrían ayudar a mitigar la quema excesiva de combustibles fósiles, así como luchar contra el calentamiento global.
Estas máquinas están estructuradas como torres de alta tecnología con materiales especiales absorbentes, según comentó su inventor, el doctor Klaus Lackner, geofísico del Centro de Ingeniería de la Tierra de la Universidad de Columbia en Nueva York, quien en las últimas dos décadas ha estado investigando la captura de CO2.
"El árbol tiene ramas similares a las de un pino y sus agujas están hechas de un material plástico que puede absorber dióxido de carbono a medida que fluye el aire" explicó, al tiempo que puntualizó que de igual forma que un ejemplar natural, a medida que fluye el aire por sus ramas estos árboles absorben el CO2 y lo mantienen en su interior, una absorción "casi mil veces" más rápida que la de árboles naturales.
Según recoge la BBC, los árboles y otras plantas naturales, que son los principales encargados de limpiar el CO2 de la atmósfera terrestre, absorben CO2 y lo almacenan en sus tejidos.
El árbol sintético atraparía el CO2 en un filtro donde sería comprimido como dióxido de carbono líquido. Así, podría ser enterrado y almacenado de forma permanente en la profundidad de la Tierra. No obstante, una de las ventajas con las que cuenta este árbol es que no precisa de luz solar o agua para funcionar.
Aunque el prototipo creado por el investigador es pequeño, se espera que en el futuro sea más grande y pueda ser colocado en cualquier parte. "Lo que veo a corto plazo es un aparato del tamaño de un camión en el que se puedan colocar las ramas juntas en una caja similar al filtro de una caldera.
Una tonelada de dióxido al día Cada máquina tendría 30 filtros que en total medirían unos 2,5 metros de altura y un metro de ancho", explicó. Cada árbol sintético, dice Klaus Lackner, podría absorber una tonelada de dióxido de carbono al día, eliminando una cantidad de gas equivalente al que producen veinte coches.
En teoría y a partir de estimaciones, se necesitarían millones de estas unidades para absorber suficiente CO2 como para poder tener un impacto en el planeta. Además, la tecnología no es barata, se cree que cada máquina costaría unos 21.637 euros. «Creo que es viable poder producir estas unidades», concluyó el científico.
Vía: Madri+d, 09/07/09
F:http://www.madrimasd.org/informacionidi/noticias/noticia.asp?id=40069&origen=notiweb
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