Bajo nuestros pies flotan inmensas plataformas de roca. Gigantescas balsas de piedra que se unen o separan modelando los continentes, que chocan entre sí creando nuevas cordilleras o abriendo cicatrices profundas en los fondos oceánicos.
Los científicos son capaces de calcular y medir los movimientos de las placas tectónicas con gran precisión pero, para ser sinceros, lo cierto es que aún no tienen muy claro qué es exactamente lo que hace que se muevan. Ahora, un grupo de geólogos australianos parece haber dado con la explicación. Su investigación aparece en la revista Science.
Al parecer, la clave está en las zonas de subducción, aquellas en que las placas se encuentran y se deslizan unas bajo otras en las grandes fosas oceánicas, un proceso que arrastra y condiciona sin remedio al resto de la placa en movimiento. Un concepto "hermoso y realmente simple", según el geofísico Donald Forsyth, de la Universidad de Brown y uno de los autores del estudio. Un concepto que, además, es capaz de explicar, por ejemplo, la razón por las que no todas las placas se mueven a la misma velocidad, una cuestión que traía a los geólogos de cabeza.
Algunos, en efecto, sugerían que el manto terrestre que fluye bajo las placas es el responsable de su movimiento (como el agua lo es del de los bloques de hielo flotantes) y que la velocidad sólo depende de la mayor o menor viscosidad del manto en cada punto. Otros, por el contrario, argüían que las regiones más antiguas de las placas tectónicas se han enfriado más y se han vuelto, por lo tanto, más densas, y que es precisamente el grado de densidad lo que determina su velocidad de deslizamiento sobre el manto.
Pero el equipo de científicos dirigido por Wouter Schellart, de la Universidad de Monash en Melbourne, ha encontrado otra explicación bien distinta. De hecho, según sus resultados, la velocidad de movimiento de las placas tectónicas depende del ancho de sus respectivas zonas de subducción. La nueva teoría se ha demostrado capaz, entre otras cosas, de explicar por qué la placa australiana se mueve mucho más rápido que las demás, o la razón por la que las cordilleras de América del Norte se están desintegrando tan rápidamente.
Schellart y sus colegas analizaron, durante su trabajo, 15 grandes placas tectónicas, otras 30 más pequeñas y todas las zonas de subducción conocidas del planeta. Y encontraron un patrón muy claro: "El espesor que tiene la placa que se desliza bajo otra en la zona de subducción -explica Schellart- determina tanto la velocidad de la placa como de su borde en la zona de subducción".
En sus simulaciones informáticas, los investigadores se dieron cuenta de que las placas pueden hundirse en el manto en ángulos muy diferentes, incluso de forma vertical. Y el manto, igual que el agua hacia una superficie plana que intenta hundirse, ofrece distintos grados de resistencia, según sea el ángulo de penetración de la placa. A mayor resistencia, menor velocidad de deslizamiento, algo que afecta no solo a la zona de subducción, sino a toda la placa.
El fenómeno es, según los científicos, responsable de acontecimientos tales como la rápida desintegración de las cordilleras de América del Norte. De hecho, hace unos 50 millones de años, la antigua placa sobre la que hoy se encuentran los Estados Unidos, se movía a cerca de diez cm por año.
Pero hace unos 30 millones de años se partió en dos, y la mitad resultante ya no tenía el espesor suficiente como para soportar las cordilleras que se formaron rápidamente sobre ella. Durante este periodo, la zona de subducción se redujo de 14.000 km a sólo 1.400 km, lo que redujo drásticamente la velocidad de la placa, que hoy es de apenas dos cm por año.
José Manuel Nieves Los científicos son capaces de calcular y medir los movimientos de las placas tectónicas con gran precisión pero, para ser sinceros, lo cierto es que aún no tienen muy claro qué es exactamente lo que hace que se muevan. Ahora, un grupo de geólogos australianos parece haber dado con la explicación. Su investigación aparece en la revista Science.
Al parecer, la clave está en las zonas de subducción, aquellas en que las placas se encuentran y se deslizan unas bajo otras en las grandes fosas oceánicas, un proceso que arrastra y condiciona sin remedio al resto de la placa en movimiento. Un concepto "hermoso y realmente simple", según el geofísico Donald Forsyth, de la Universidad de Brown y uno de los autores del estudio. Un concepto que, además, es capaz de explicar, por ejemplo, la razón por las que no todas las placas se mueven a la misma velocidad, una cuestión que traía a los geólogos de cabeza.
Algunos, en efecto, sugerían que el manto terrestre que fluye bajo las placas es el responsable de su movimiento (como el agua lo es del de los bloques de hielo flotantes) y que la velocidad sólo depende de la mayor o menor viscosidad del manto en cada punto. Otros, por el contrario, argüían que las regiones más antiguas de las placas tectónicas se han enfriado más y se han vuelto, por lo tanto, más densas, y que es precisamente el grado de densidad lo que determina su velocidad de deslizamiento sobre el manto.
Pero el equipo de científicos dirigido por Wouter Schellart, de la Universidad de Monash en Melbourne, ha encontrado otra explicación bien distinta. De hecho, según sus resultados, la velocidad de movimiento de las placas tectónicas depende del ancho de sus respectivas zonas de subducción. La nueva teoría se ha demostrado capaz, entre otras cosas, de explicar por qué la placa australiana se mueve mucho más rápido que las demás, o la razón por la que las cordilleras de América del Norte se están desintegrando tan rápidamente.
Schellart y sus colegas analizaron, durante su trabajo, 15 grandes placas tectónicas, otras 30 más pequeñas y todas las zonas de subducción conocidas del planeta. Y encontraron un patrón muy claro: "El espesor que tiene la placa que se desliza bajo otra en la zona de subducción -explica Schellart- determina tanto la velocidad de la placa como de su borde en la zona de subducción".
En sus simulaciones informáticas, los investigadores se dieron cuenta de que las placas pueden hundirse en el manto en ángulos muy diferentes, incluso de forma vertical. Y el manto, igual que el agua hacia una superficie plana que intenta hundirse, ofrece distintos grados de resistencia, según sea el ángulo de penetración de la placa. A mayor resistencia, menor velocidad de deslizamiento, algo que afecta no solo a la zona de subducción, sino a toda la placa.
El fenómeno es, según los científicos, responsable de acontecimientos tales como la rápida desintegración de las cordilleras de América del Norte. De hecho, hace unos 50 millones de años, la antigua placa sobre la que hoy se encuentran los Estados Unidos, se movía a cerca de diez cm por año.
Pero hace unos 30 millones de años se partió en dos, y la mitad resultante ya no tenía el espesor suficiente como para soportar las cordilleras que se formaron rápidamente sobre ella. Durante este periodo, la zona de subducción se redujo de 14.000 km a sólo 1.400 km, lo que redujo drásticamente la velocidad de la placa, que hoy es de apenas dos cm por año.
Vía: ABC, 20/07/2010
F:http://www.abc.es/20100719/ciencia/cambia-aspecto-mundo-201007191219.html
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