Las emisiones de CO2, además de provocar el calentamiento global, alteran la química de las aguas del océano, de forma que cada vez son más ácidas y, por tanto, más peligrosas para los organismos marinos. Los más amenazados por el cambio de pH del agua son los animales que construyen caparazones o esqueletos de carbonato cálcico, como los corales o los moluscos, según un estudio dirigido por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Los científicos españoles ponen de manifiesto la magnitud y gravedad del cambio en la química marina causado por el hombre. Según el CSIC, a finales del siglo XXI se alcanzarán niveles de acidez intolerables para muchos organismos marinos y se llegará a condiciones sin precedentes en los últimos 40 millones de años.
Carles Pelejero, director de la investigación explica que el proceso de acidificación oceánica podría considerarse "el hermano malvado del calentamiento global". La acidificación ocurre a medida que el CO2 emitido por las actividades humanas, derivado fundamentalmente de la quema de combustibles fósiles, se disuelve en los océanos. Es un proceso independiente del calentamiento global, aunque tiene el mismo origen.
Niveles sin comparación en los últimos 40 millones de años
Más del 30% de las emisiones de CO2 pasa directamente a los océanos, que se vuelven progresivamente más ácidos. La acidificación perjudica a muchas formas de vida marina. Puede interferir, por ejemplo, en la productividad del fitoplancton, que constituye una parte vital de las redes tróficas, de las que dependen los peces, crustáceos y otras especies, muchas de ellas de gran importancia para el ser humano.
Según la investigadora del CSIC Eva Calvo, las aguas superficiales de los océanos se han acidificado unas 0.1 unidades de pH respecto los niveles preindustriales. La acidificación futura dependerá del CO2 que se emita a partir de ahora, pero las previsiones apuntan a que la acidez de los océanos pueda llegar a incrementarse en unas 0.3 o 0.4 unidades más a finales del siglo XXI. "Estos cambios están sucediendo hasta 100 veces más rápido que durante las últimas decenas de millones de años, lo que llevará a condiciones sin precedentes en los últimos 40 millones de años como mínimo, añade la investigadora.
Asimismo, los científicos advierten de la necesidad "urgente" de reducir drásticamente las emisiones de CO2 ya que, según ellos, es muy probable que en cuestión de una o dos décadas, las latitudes más altas de los océanos Atlántico, Pacífico y Austral acaben siendo muy hostiles para los organismos que calcifican.
Vía: El Mundo, 29/03/2010
F:http://www.elmundo.es/elmundo/2010/03/29/ciencia/1269867304.html
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