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La formación de la corteza terrestre fue muy temprana en la vida del planeta
Cuando la Tierra se formó, hace 4.600 millones de años, nuestro planeta era una gran esfera, homogénea y bastante fría, de polvo cósmico y gases unidos por la atracción gravitacional. La contracción de esos materiales y la radiactividad de los elementos más pesados hicieron que se calentara. Todo comenzó a fundirse hace algo más de 4.000 millones de años, bajo la influencia de la temperatura y la gravedad.
Autor: S. Basco
Más tarde, al empezar su enfriamiento superficial, comenzó la diferenciación entre la corteza, el manto y el núcleo terrestres. Los silicatos más ligeros ascendieron para dar lugar a la corteza y el manto, mientras que los elementos pesados -hierro y níquel- se hundieron y formaron el núcleo. Los gases emanados de las primeras erupciones volcánicas originaron la atmósfera. Su progresivo enfriamiento dio lugar a su condensación parcial, y se formaron los océanos. Los geólogos discuten desde hace décadas si la formación de la corteza terrestre y, por consiguiente, la tectónica de placas se remontan a la segunda mitad de la vida de la Tierra, menos de 2.500 millones de años, o a una época más temprana.
CONTROVERSIA CIENTÍFICA. Un equipo científico ha cerrado esta controversia al hallar en el suroeste de Groenlandia -en Isua- los afloramientos más antiguos de rocas procedentes de corteza oceánica, datadas en 3.800 millones de años. Estas formaciones rocosas, denominadas ofiolitas, se originan al constituirse la corteza oceánica en la litosfera sumergida bajo los mares.Bajo la dirección del geofísico noruego Harald Furnes, del Departamento de Ciencias de la Tierra, de la Universidad de Bergen, este equipo científico publica sus conclusiones en el último número de «Science». La antigüedad de estas formaciones de ofiolita ha sido fijada tras el análisis radiométrico de diferentes elementos radiactivos -uranio, neodimio, samario...- hallados en las rocas; y después de análisis comparativos de la presencia de elementos como titanio, vanadio, cromo y zirconio. La proporción de oxígeno indica que se formaron bajo el océano.
Estas ofiolitas, constituidas por material metabasáltico (anfibolitas) procedente de lava de erupciones submarinas, se formaron a lo largo de la dorsal mesoatlántica y, por alguna razón derivada del movimiento de placas tectónicas, no se hundieron en la zona de subducción del límite continental, sino que afloraron en forma de diques en una cresta de 35 kilómetros de longitud y unos 2.500 metros de anchura.Furnes concluye que la antigüedad de estas formaciones rocosas puede suponer una revolución en los conocimientos sobre la geofísica de nuestro planeta.
Hasta la fecha, la formación de ofiolitas más antigua conocida era la del complejo de Dongwanzi, en el norte de China (2.505 millones de años).La tectónica de placas explica la formación y destrucción de la corteza terrestre, como un proceso dinámico, a partir de las dorsales oceánicas, grandes cordilleras enlazadas que recorren los océanos. La cadena montañosa más larga de la Tierra no son los Andes: es una cordillera submarina de 60.000 kilómetros de longitud -una vez y media el diámetro de la Tierra- que atraviesa el Atlántico, emerge en Islandia, rodea África, pasa por el Índico entre Australia y la Antártida, y vuelve al norte por el Pacífico.
ZONAS DE SUBDUCCIÓN. En las dorsales oceánicas, el adelgazamiento de la corteza terrestre permite el ascenso de magma a través de fisuras en el fondo del océano y de erupciones volcánicas. Las dorsales se encuentran en los márgenes divergentes de las placas tectónicas y permiten la formación de nueva corteza oceánica. Dicha corteza se desplaza hacia los bordes exteriores de las placas, hacia las zonas de subducción situadas en los límites continentales, donde se hunde hacia el núcleo terrestre.
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