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miércoles, noviembre 16, 2011

La migración de especies marinas y terrestres a raíz del cambio climático

Un equipo internacional de científicos ha descubierto que, para superar el cambio climático, los organismos o se adaptan a los cambios de su entorno o se desplazan al ritmo de éstos en términos temporales y espaciales. Su estudio del calentamiento oceánico, publicado en Science, muestra que el cambio climático modifica las temperaturas medias anuales y estacionales tanto sobre la tierra como en el mar y posiblemente afecta a la ecología costera de Irlanda del Norte (Reino Unido).

Los autores estudiaron la velocidad y la dirección a la que se desplazan distintos organismos marinos en busca de espacios con el rango de temperaturas más favorable. De este modo observaron que los peces son capaces de desplazarse varios kilómetros, mientras que otros organismos tienden a permanecer en su hábitat. Los datos apuntan que las temperaturas normales en primavera y otoño en el mar están cambiando a mucha más rapidez que las registradas en la tierra.

Los investigadores, procedentes de Australia, Dinamarca, Alemania, Sudáfrica, España, Reino Unido y Estados Unidos, representaron gráficamente el desplazamiento hacia el norte de las temperaturas medias marinas y terrestres, que aumentan a ritmo pausado. Según el equipo, para 2062 distintos tipos de flora y fauna marina y terrestre se habrán desplazado con el fin de garantizar su supervivencia. Las ubicaciones escogidas serán «zonas propicias y frescas» en las costas del norte, zonas que ofrecerán temperaturas ideales para distintas especies.

Para evaluar las respuestas climáticas posibles de la flora y fauna marina en relación a parámetros de ajuste y reubicación, los investigadores utilizaron registros de temperaturas globales con los que descubrieron que las temperaturas terrestres han aumentado en 1,2 grados centígrados en los últimos 50 años, mientras que las del mar sólo lo han hecho un tercio de dicha cantidad, 0,4 grados centígrados.

rad Sus descubrimientos indican que, por muy despreciable que pueda parecer el aumento, las repercusiones ecológicas ya se han dejado notar. Los datos muestran que los rangos de temperatura se están desplazando hacia el polo. Las temperaturas primaverales comienzan antes y las de otoño llegan más tarde. Además es necesario añadir a la ecuación el incesante aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

«Nuestro estudio posee unas dimensiones global, nacional y local muy significativas, pues alerta de la amenaza que pesa sobre los corales en zonas del Océano Pacífico occidental y pone de relieve los efectos cada vez más extendidos del calentamiento en nuestra propia costa», declaró el Dr. David Schoeman del Instituto de Investigación de Ciencias Medioambientales perteneciente a la Universidad del Úlster (Reino Unido), coautor del artículo y codirector del estudio junto con el Dr. Michael Burrows de la Asociación Escocesa de Ciencia Marina (Reino Unido).

Los cambios en varias regiones señalan la importancia de la respuesta de las criaturas marinas al clima cambiante con mucha mayor rapidez que las terrestres.

Sobre la ubicación de Irlanda del Norte, el Dr. Schoeman admitió: «El calentamiento oceánico debería crear una basculación de las especies hacia el norte a lo largo de las costas este y oeste irlandesas, convergiendo en la costa de Antrim, en el norte. Curiosamente, las temperaturas de la costa este se desplazan hacia el norte a una velocidad de entre 5 y 10 kilómetros al año, pero en la costa oeste a la mitad de dicha velocidad. En el conjunto de la isla, las temperaturas se mueven entre 2 y 5 kilómetros al año en el este y más de 20 kilómetros al año en el oeste. Esto sugiere que las especies terrestres que siguen el rastro de los cambios térmicos podrían alcanzar la costa en unas décadas.»

Aunque ya se han producido resultados gracias a los progresos en esta área, aún es necesario profundizar en el tema, aseveran los investigadores. «No nos podemos permitir actuar según el proverbio "ojos que no ven, corazón que no siente"», afirmó el investigador del Úlster. «El mar nos proporciona distintos servicios que la sociedad aún no aprecia en toda su magnitud, y sin un conocimiento de los cambios que con probabilidad sucederán, la capacidad para planificar se reduce.»

El equipo espera sensibilizar sobre la dependencia que tiene la sociedad con respecto a la biodiversidad marina y solicita que se realice un mayor esfuerzo de financiación científica para obtener el conocimiento necesario en el que basar la planificación de una respuesta a largo plazo.

Vía: Cordis, 07/11/2011
F:http://cordis.europa.eu/fetch?CALLER=ES_NEWS&ACTION=D&SESSION=&RCN=33998

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