La Junta de Castilla y León anuncia una página web (www.micodata.es) para «para dar servicios al recolector sobre Información Geográfica para la producción, aprovechamiento y ordenación micológica de los hongos silvestres comestibles en Castilla y León», según figura en el encabezamiento.Como página de divulgación parece interesante. Incluye la relación de las setas (hongos) más buscadas y apreciadas por nuestros vecinos castellanos, que vienen a ser las mismas que se recolectan en la cornisa cantábrica. En ella figuran los boletos (pinophilus, edulis y aereus); el cantharellus cibarius; el hygroporus marzuolus o seta de marzo; el nícalo o níscalo; la macrolepiota o galamperna; el thricoloma portentosum; el champiñón; el marasmius oreades o senderuela; la lepista nuda o pie azul; y algunas que no son comunes en la franja costera, como el pleurotus eryngii o seta de cardo; la amanita caesarea; el tuber aestivum o trufa; la helvella lacunosa, y la morchella esculenta o colmenilla.Las zonas de recolección gira alrededor de los bosques de pinos y hayas del Cameros soriano, Covaleda y Vinuesa y los prados orillas del Pisuerga y el Duero.En la relación falta, y llama la atención, el perretxiko o seta de San Jorge, tan apreciada entre nosotros y que es motivo de discordia (cotos, permisos, multas y prohibiciones) en la zona norte de Burgos, donde hay localidades en las que los seteros sufren una abierta persecución.He encontrado perrechicos en prados de la zona de Sanabria, en Zamora, y a orillas del Tormes, en Salamanca. Fue antes del boom de las setas. La seta era una perfecta desconocida que sólo consumían algunos caprichosos. Ahora la recolectan para la venta, pero en los pueblos las 'reinas' siguen siendo las de cardo, los níscalos o robellones y las onmipresentes galampernas, que cogen y consumen de todos los tamaños, desconocedores de que se puede confundir con la lepiota helvella, peligrosa e incluso mortal.La idea de la página me parece buena, porque está bien diseñada y planteada. En cambio no quisiera que incluyeran indicaciones GPS sobre la ubicación de setales o de zonas donde son más abundantes determinadas especies.Dentro de muchos montañeros y senderistas hay un setero oculto, que se puede convertir en depredador a poco que le faciliten la tarea.
Iñigo Muñoyerro.
Vía: El Correo Digital, 03/04/08
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