La sequía pertinaz no impide el descubrimiento de dos nuevos hongos en
Fuerteventura, uno de ellos único en Canarias: el inonotus rickii. La
Sociedad Micológica de Gran Canaria lo encontró al pie de un viejo
especiero. En total, suman 62 especies en la Isla, el mismo número que
en Cabo Verde.
Se llaman inonotus rickii y coprinellus radians y son las dos nuevas
especies de hongos encontradas en Fuerteventura, la primera de las
cuales es única en Canarias. El inonotus, cuyo nombre vulgar es hongo
yesquero, apareció a la sombra de un viejo especiero en la rosa del
Taro, mientras que el coprinellus -que carece de una denominación más
común- crecía en soledad en Castillo de Lara.
La Sociedad Micológica de Gran Canaria da cuenta de estos dos nuevos
hallazgos en el número 10 de su revista especializada Majorensis y eleva
a 62 las especies citadas para Fuerteventura, con lo que la Isla se
iguala a todo el archipiélago de Cabo Verde en número de hongos. En
ambos casos, matiza Vicente Escobio, presidente de la sociedad, el bajo
número de hongos «no solo se debe corresponder con las condiciones
ambientales, sino con la falta de estudios continuados en ambos
territorios».
Sobre el inonotus rickii, esto es el hongo yesquero para los no iniciados, Escobio destaca que «duro como una piedra y por lo tanto incomestible». En clave más científica, describe que el vecino del viejo especiero presenta cuerpos fructíferos sésiles imbricados, unguliformes, de gran tamaño, el mayor de más de 40 centímetros de ancho. Es de color ocre pardo con tonos dorados que oscurece con la edad.
La tradición micológica de Fuerteventura hunde sus raíces en el mundo
de los majos, anterior a la conquista normanda, que ya daban cuenta de
las criadas, las también llamadas trufas del desierto que en
científicamente se denominan hongos hipogeos del género terfezia. La
Sociedad Micológica de Gran Canaria da un salto en el tiempo para situar
en el siglo XIX los primeros datos sobre recolección de hongos en la
Maxorata, tal y como confirma Beltrán Tejera.
Desde 2004, este colectivo micológico realiza trabajos de investigación en pos del mapa fúngico majorero y repite visitas al pinar de Betancuria, los diversos jables o la rosa del Taro. «Otros lugares están pendientes de estudiar, como es el caso de la cumbre de Jandía, ya que cada visita prevista ha venido acompañada de alertas meteorológicas y la imposibilidad de subir hasta uno de los lugares de mayores posibilidades por sus características naturales», puede leerse en el número 10 de la revista Majorensis. De todos estos trabajos, la sociedad espera resultados de gran interés en relación con los hongos que viven sobre trozos de madera variadas recolectadas en los jables de Lajares y El Cotillo.
Vía: Canarias7, 03/09/2014
F:http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=347436
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