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jueves, febrero 20, 2014

María Teresa Tellería: Una leyenda negra rodea a los hongos desde tiempos inmemoriales

Entrevista a María Teresa Tellería, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.  

Innumerables veces María Teresa Tellería se ha enfrentado a la misma situación: "¿A qué te dedicas?", le pregunta alguien. "Soy micóloga", responde ella. Inmediatamente, esta investigadora del CSIC anticipa con inquietud la siguiente pregunta: "¿Y eso para qué sirve?" Entonces Tellería recurre a una frase que leyó hace tiempo en un libro cuyo título no recuerda: "La ciencia es un edificio que se construye con la aportación de muchos pero con el nombre de unos pocos para recordarlos más fácilmente". Dice que los científicos son "los obreros de la ciencia", que cada uno pone su granito de arena para que, en un momento dado, alguien con una cabeza privilegiada "sea capaz de hacer una síntesis y lanzar una teoría que dé sentido a todo". Ella estudia los hongos, unos organismos que no pertenecen al reino vegetal ni al animal, sino que tienen uno propio: el reino Fungi; son capaces de degradar los residuos de su entorno y su importancia medioambiental y económica está fuera de duda. Pero también están rodeados de un halo de misterio, "una especie de leyenda negra que viene de tiempos inmemoriales" y que los relaciona con envenenamientos e historias truculentas. De todo ello da cuenta Tellería en su libro Los hongos (CSIC-Catarata) y en esta entrevista.

Pregunta. Uno de los rasgos que definen a los hongos es su asombrosa diversidad. Entre las 100.000 especies conocidas, cuentas en tu libro que existe en EE.UU. una cuyo tamaño puede alcanzar 800 hectáreas. ¿Cómo es posible?
Respuesta. Hay una especie, Armillaria ostoyae, que efectivamente ocupa muchísimas hectáreas, hasta 890. Es un parásito que fructifica en la base de los árboles. Su micelio -la parte subterránea del hongo que le permite absorber los nutrientes- penetra por la raíz del árbol, tapona sus vasos y lo mata, así que donde crece crea unos inmensos rodales de árboles muertos. De este modo en el estado de Oregón se dieron cuenta de que este parásito estaba muy extendido. Pero existía la duda de si se trataba de uno o de distintos ejemplares de la misma especie. Tomaron pequeñas muestras de micelio y comprobaron que eran clónicas. Era un solo ejemplar. Como se sabe aproximadamente cuánto crece un micelio al año, al medir su extensión calcularon también su antigüedad, 2.400 años. Por eso se cree que este ejemplar de Armillaria es el organismo más grande y más longevo del mundo, superando a las secuoyas y a la ballena azul.

P. ¿Cuáles han sido los mayores avances de la micología en los últimos años?
R. Hasta mediados de los 80, la micología era una ciencia eminentemente descriptiva. Los estudios se basaban casi exclusivamente en el análisis de los caracteres morfológicos y las hipótesis filogenéticas eran difíciles de probar. Con el desarrollo de las técnicas moleculares aplicadas a la filogenia y a la sistemática, la micología dio un paso de gigante. Esto ha supuesto una auténtica revolución que ha permitido, entre otras cosas, saber que los hongos están más relacionados con los animales que con las plantas.

P. Volvamos a su sorprendente diversidad. Dentro de los hongos hay parásitos y también especies muy beneficiosas para los ecosistemas. Entre los más dañinos te refieres en tu libro a un hongo que en el siglo XIX puso en peligro la industria de la seda.
R. Sí, Nosema bombycis, un microsporidio que mataba a los gusanos de seda. Este grupo de organismos, que hoy sabemos que están íntimamente relacionados con los hongos, han estado bailando por diferentes puntos del árbol de la vida, porque antes se les consideró animales y vegetales.

P. Otra curiosidad que cuentas es la extraña enfermedad de la nariz blanca que ha afectado a millones de murciélagos.
R. Sí, el causante es un hongo que de momento solo afecta a los murciélagos de EE.UU. Los europeos parece que son inmunes a él. Este organismo provoca en los murciélagos un cambio de comportamiento que los lleva a la muerte. Esta especie patógena, conocida como Geomyces destructans, es capaz de vivir y reproducirse en ambientes fríos. En el invierno, los murciélagos afectados se despiertan de la hibernación y salen de las cuevas. Al estar muy bajos de defensas y reservas, y tener que enfrentarse a un ambiente muy frío, caen rápidamente fulminados.

P. Precisamente por su diversidad da la impresión de que los hongos son mucho más sofisticados de lo que aparenta su aspecto.
R. Creo que su éxito evolutivo está en que han hecho de sus defectos virtud. Son organismos heterótrofos, es decir, dependen de otros para sobrevivir (no como las plantas, que son capaces de sintetizar sus propios alimentos por medio de la fotosíntesis). Los hongos, como los animales, viven a expensas de lo que el medio les proporciona, pero además no tienen la capacidad de desplazarse para buscar el alimento. ¿Qué hacen? Han desarrollado mecanismos muy exitosos: por un lado, tienen un poderosísimo sistema enzimático que les permite degradar casi todo, incluso la lignina; por otro, digieren el alimento fuera de su cuerpo para después ingerirlo por absorción, porque no tienen estómago; y además tienen la capacidad de crear alianzas con todo tipo de organismos, animales y vegetales. Un ejemplo típico son las micorrizas, es decir, las alianzas de los hongos con las plantas. El 90% de las plantas de nuestro planeta no podrían vivir sin los hongos que llevan asociados y que les ayudan a absorber elementos como el fósforo y otros nutrientes necesarios.

P. Dejemos a un lado la biología. También has estudiado la relación del ser humano con los hongos, una relación que describes como de amor-odio.
R. Los hongos son unos organismos muy mal conocidos e interpretados. Cuando se habla de ellos, todo el mundo piensa en su lado gastronómico. Eso es confundir una pequeña parte con el todo. También se suele decir que son plantas, que es lo mismo que afirmar que las ballenas son peces o que los murciélagos son pájaros. Incluso el diccionario de la RAE los describe como plantas talofitas sin clorofila, cuando constituyen un reino independiente más emparentado con los animales. Además despiertan en nosotros unas relaciones de amor-odio porque, aunque existen pocas especies venenosas mortales, despiertan miedo. En general tenemos una idea muy maniquea de los hongos: los hay buenos y malos, los demás no existen, cuando los comestibles y venenosos son un porcentaje muy pequeño de las 100.000 especies hoy conocidas.

P. También tienen una vertiente más mitómana o morbosa que los relaciona con algunos envenenamientos históricos.
R. Sí, por ejemplo el del emperador Claudio. La leyenda cuenta que le pusieron en un plato Amanita phalloides, que es mortal, camuflada entre otras setas comestibles, aunque algunas investigaciones recientes sostienen que su muerte se debió a un accidente cerebrovascular. También se ha utilizado a los hongos en las novelas policiacas, para cometer asesinatos por envenenamiento. Luego está la historia del cornezuelo del centeno, un hongo que por los síntomas que provocaba su envenenamiento se asoció con la brujería, o el uso de los hongos alucinógenos. Son organismos que han estado siempre rodeados de cierto misterio, de una especie de leyenda negra que viene de tiempos inmemoriales.

P. Pero también están muy en boga por su vertiente gastronómica.
R. Sí, y son por ello una fuente importante de riqueza económica. En el libro se explica cómo el cultivo de la trufa negra tiene un importante impacto socioeconómico en algunos puntos de la España rural.

P. Has escrito libros y participas en actividades de divulgación. ¿Por qué consideras que es importante trasladar el conocimiento científico a la sociedad?
R. Para mí la divulgación científica es una de las facetas más atractivas de la investigación. La divulgación requiere hacer un esfuerzo muy grande de síntesis, de entender las cosas a fondo para poder transmitirlas de un modo sencillo. Esa labor de recopilar la información, digerirla y divulgarla es apasionante y muy gratificante.

P. ¿Consideras la divulgación es una tarea que cualquier investigador, en mayor o menor medida, debe asumir en algún momento?
R. Rotundamente sí. Durante mucho tiempo, en este país la divulgación estuvo menospreciada, se consideraba el refugio de los mediocres, y creo que es todo lo contrario. Hay magníficos divulgadores que son o han sido muy buenos investigadores, como Edward Wilson, Carl Sagan o Lynn Margulis.

P. ¿La divulgación debe ser algo que dependa de la voluntad de cada investigador o es necesario que las instituciones creen una infraestructura en torno a esta actividad?
R. Debería crearse más infraestructura y también ofrecer más alicientes para que se haga divulgación. Pero se ha avanzado mucho. La divulgación empieza a tener prestigio y eso tiene un efecto llamada: a los investigadores más jóvenes les sirve de ejemplo y hoy asumen la divulgación como una faceta más de su trabajo. Pero no toda la culpa es de los investigadores, ni de las instituciones, tampoco hay tanta demanda social de divulgación científica, tenemos poca tradición.

P. Diferentes estudios señalan que la sociedad española refleja un déficit de cultura científica si se la compara con otras sociedades de nuestro entorno.
R. Claro. Creo que es un círculo vicioso y debe ser la Administración quien promueva políticas para romperlo. Se puede pedir a los investigadores que hagan el esfuerzo pero se debe crear también el marco adecuado.

P. ¿Qué opinas del papel de los medios de comunicación en la divulgación de la ciencia?
R. Si los programas de divulgación solo se emiten en La 2 a unas horas de baja audiencia, y además casi toda la divulgación que se hace es a base de documentales de elefantes, osos o leones, siempre vertebrados y cuanto más grandes mejor, es normal que los ciudadanos se cansen. Habría que pensar en documentales, series y películas sobre investigadores y la labor investigadora, porque sabemos muy poco de nuestra historia y actualidad científicas. Ponemos muy poco en valor lo nuestro, este no es un problema fácil de resolver y el apoyo de la Administración aquí es importante. También sería interesante entrevistar a investigadores de a pie para que explicaran todo el proceso de su trabajo, porque no solo son importantes los resultados.

P. Miguel Delibes, en su intervención en Hablan los científicos, comentó que a veces se transmite a la ciudadanía una imagen de la ciencia cuasi mágica porque no se explica todo el proceso de la investigación.
R. Sí. A veces la prensa devalúa el proceso científico por una excesiva exaltación de los resultados. Siempre que los medios anuncian algo a bombo y platillo tiene que ver con un descubrimiento que va a solucionar algún problema grave. Muchas veces no es verdad. Nunca es un solo paso el que soluciona las cosas, el proceso suele ser largo y es siempre lo más interesante, y eso no se explica.

P. Además de los medios de comunicación, la escuela es otro agente importante. ¿Crees que se enseña suficientemente a los niños el método científico?
R. No. Si ahora saliéramos a la calle y preguntáramos en qué consiste el método científico, el 99%, incluyendo la gente con un nivel cultural alto, no lo sabría. Debería ser obligatorio para los investigadores hacer un periplo por escuelas.

P. Para el ciudadano de a pie, ¿crees que hay un beneficio tangible en el hecho de tener una mayor cultura científica?
R. Sí, en el sentido de poder interpretar mejor el mundo que nos rodea. Hay que ser cultos para ser libres y cuanto más sepamos, mejor podremos afrontar los problemas. Pero hoy día nos sobra información y nos falta conocimiento, vivimos una especie de borrachera informativa.

P. ¿Es complicado compaginar la carrera científica con la vida personal y familiar?
R. La carrera científica es larga y te absorbe mucho. A veces es una cuestión de elección. Puedes optar por dedicarte por completo a tu vida profesional y, por ejemplo, renunciar a tener hijos, como es mi caso, y llevar así más fácilmente tu carrera. También conozco mujeres que compaginan ambas cosas, aunque con mucho esfuerzo. Yo he tenido que viajar mucho, he hecho bastantes expediciones... Si hubiese tenido niños pequeños, no habría sido tan fácil. Al final eliges un modo de vida y creo que toda elección supone una renuncia. Pero no todo está tan planificado, estas elecciones no se producen de un día para otro. Simplemente, la vida te va llevando y cuando llegas a un momento, miras hacia atrás y, en el mejor de los casos, dices: 'pues sí, este camino tiene sentido'.

Vía: Madri+d, 20/02/2014
F:http://www.madrimasd.org/informacionidi/noticias/noticia.asp?id=59546&origen=notiweb&dia_suplemento=jueves

Descubren 169 nuevas especies en la Amazonía

Cuando las noticias más probables de medio ambiente suelen ser deforestación, calentamiento global y extinción de especies, investigadores brasileños le están trayendo una grata novedad al mundo. El Museo Goeldi, uno de los centros de referencia en estudios de biodiversidad de Brasil, acaba de anunciar el descubrimiento de 169 nuevas especies de fauna y flora en la Amazonía, 14 de plantas y 155 de animales. 

Los descubrimientos son el resultado de cuatro años de colecta y análisis en campo. Ubicado en la ciudad de Belém, en el estado amazónico de Pará, el Museo Goeldi es bastante activo en esos hallazgos. Entre 2000 y 2011, descubrió 130 nuevas especies, 49 de flora y 81 de fauna, que constan en su publicación Catálogo Especies del Milenio, de 2012. Buena parte de las especies recién anunciadas son del grupo de arácnidos (112), seguido por peces (12), aves (10), anfibios (10), reptiles (6), dípteros (4) y un mamífero, el mono Mico Rondoni, de la región de Rondonia. En la flora fueron descubiertas 13 especies de Angiospermas e una de Briófita.

Según Alexandre Bonaldo, zoólogo del museo, el estudio de arácnidos contó con el apoyo Planetary Biodiversity Inventory (PBI), un proyecto colaborativo entre 20 instituciones internacionales, que estudia arañas de la familia Oonopida, que miden entre 2 mm y 5 mm. "Con las herramientas cibernéticas es posible hacer descripciones estructuradas, que pueden ser comparadas con las de otros colegas, lo que facilita y acelera el descubrimiento de novedades", comenta Bonaldo.

UN TRABAJO MINUCIOSO

Otro hecho destacable de los descubrimientos es el pequeño mono Mico Rondoni, cuya descripción envolvió un trabajo interdisciplinario en morfología externa y de cráneo, biología molecular, ecología y comportamiento. "Es un trabajo minucioso que requiere tiempo y madurez para evitar decisiones precipitadas", cuenta el investigador José de Sousa, sobre el mono que casi fue confundido con otro similar. Según Sousa están en estudio otras especies nuevas de primates, como el zogue-zogue-rabo-de-fogo. Entre las nuevas aves descubiertas están la Hylophylax naevius, popularmente conocida como guarda-floresta. Para los investigadores, los descubrimientos pueden aumentar, porque el aislamiento de regiones de la Amazonía favorecen la diversificación genética. Áreas separadas por río, por ejemplo, acaban generando nuevas especies.

Los descubrimientos de los últimos cuatro años llaman la atención por su gran número en tan poco tiempo. Según Marlucia Martins, coordinadora del grupo de investigación en biodiversidad del museo, hubo una mejoría en los últimos años en la planificación de lo que debe investigarse, lo que genera mejores resultados. "No existe fórmula para descubrir nuevas especies, es el acaso, pero algunas cosas mejoran la probabilidad de encontrar, como ir a lugares pocos explorados, tanto geográficos como en el propio ambiente, como mirar más al suelo y a la cima de los árboles. Además, varios descubrimientos fueron realizados con la ayuda de biología molecular, que permite ver que lo que se pensaba que era sólo una especie son varias. Eso acelera bastante, quiebra la barrera de usar sólo una fuente para identificar, como la morfología", explica. Fue eso lo que permitió, por ejemplo, los descubrimientos de nuevas especies de aves que se confundían con otras. Según Martins, la expectativa es aumentar de 20% a un 30% el número de nuevas especies sólo en el grupo de aves, y sólo usando la biología molecular.
Verónica Goyzueta 

Vía: Madri+d, 20/02/2014
F:http://www.madrimasd.org/informacionidi/noticias/noticia.asp?id=59558&origen=notiweb&dia_suplemento=jueves

viernes, febrero 14, 2014

Las plantas también reciclan

Un equipo científico liderado por investigadores del instituto VIB, la Universidad de Gante (Bélgica), y el Instituto Max Planck (Alemania), acaba de identificar un nuevo complejo proteico, esencial para la endocitosis vegetal –movimiento de moléculas hacia adentro de la célula– y que solo existe en las plantas.

Las células se comunican mediante proteínas embebidas en sus membranas plasmáticas. Estas proteínas tienen diversas funciones y se pueden comparar con antenas, interruptores y puertas.
Para sobrevivir, la célula tiene que ajustar constantemente la composición lipídica y proteica de su membrana. Para ello, se incorporan nuevas proteínas, mientras las viejas son recicladas o eliminadas. El proceso por el cual se internaliza material de membrana se denomina endocitosis. 
Los investigadores Daniël Van Damme y Geert De Jaeger del instituto VIB y la Universidad de Gante (Bélgica), y  Staffan Persson del Instituto Max Planck de Fisiología Molecular de Plantas en Golm, cerca de Potsdam (Alemania), acaban de identificar un nuevo complejo proteico, esencial para la endocitosis en plantas.
El complejo TPLATE muestra el camino
"Durante décadas, se ha investigado intensamente la endocitosis en plantas, animales y levaduras.Como resultado, contamos con una gran información sobre las proteínas implicadas en el proceso, así como de las complejas interacciones entre ellas. A pesar de ello, sólo se han identificado en plantas un reducido número de proteínas adaptadoras", explican los científicos.

Los invesigadores, mediante el uso de novedosas técnicas, acaban de identificar un complejo de proteínas adaptadoras esenciales para la endocitosis y que solo existe en plantas.
El complejo está formado por la proteína TPLATE y por otras siete proteínas no descritas hasta el momento. El complejo TPLATE ha resultado ser esencial para la endocitosis vegetal ya que es el primero en alcanzar la zona de la membrana donde debe comenzar la endocitosis.
"En términos evolutivos, que la función del complejo TPLATE sea exclusiva de plantas es un descubrimiento extraordinario. Mientras que otras proteínas implicadas en endocitosis, como las clatrinas, están presentes tanto en el reino animal como en el vegetal, los miembros del complejo TPLATE parecen diseñados especialmente para las plantas", señalan.
Estos resultados se han publicado en la  revista Cell gracias a la intensa colaboración entre VIB y el Instituto Max-Planck.

Vía: SINC, 12/02/2014
F:http://www.agenciasinc.es/Noticias/Las-plantas-tambien-reciclan

La biodiversidad del Sahara, en peligro por el ‘olvido’ de los desiertos como áreas protegidas

Un equipo internacional de científicos destaca en un estudio la desatención que sufre el Sahara en la conservación de su biodiversidad. Como consecuencia han desaparecido algunas especies emblemáticas  –como el orix de cuernos de cimitarra– y otras están al borde de la extinción  –el adax, el guepardo y la gacela dama–. El trabajo afirma, además, que el resto de ungulados y grandes carnívoros del Sahara y Sahel han pedido más del 70% de su área de distribución original.

Los puntos calientes de biodiversidad son aquellas zonas donde, en general, el número de especies y endemismos amenazados por unidad de superficie es mayor, y por tanto, zonas prioritarias para su conservación.
Estos puntos calientes corresponden a zonas húmedas y bosques –donde indudablemente hay una elevada diversidad de organismos–, pero también engloba alguna zona desértica como el Cuerno de África –áreas de Etiopia, Somalia–.
Un estudio liderado por la Zoological Society of London y la Wildlife Conservation Society, en el que también participa la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA), resalta la importancia de estas zonas áridas desprotegidas del planeta.

“El propósito de este trabajo es hacer una llamada de atención a científicos, gestores, políticos y entidades financiadoras sobre la importancia y necesidad de invertir esfuerzos en la preservación de los desiertos, particularmente en el Sahara”, declara a Sinc Teresa Abáigar Ancín, de la EEZA y coautora del estudio que publica la revista Diversity and distributions.
La situación del Sahara es “preocupante” para los expertos. El desierto ha sufrido y sufre la desaparición de algunas especies emblemáticas, como por ejemplo el orix de cuernos de cimitarra, y otras están al borde de la extinción –el adax, el guepardo y la gacela dama–; además, el resto de especies de ungulados y grandes carnívoros del desierto y Sahel hayan pedido más del 70% de su área de distribución original.
Sahara: un desierto único
“El procedimiento de nuestro trabajo fue elaborar mapas de distribución histórica y actual de 14 especies de grandes mamíferos –ungulados y carnívoros– para comprobar la regresión que han sufrido las especies y estimar el área que ocupan actualmente”, apunta la investigadora.
El Sáhara es un desierto cálido con particularidades especiales. Por su tamaño es el mayor del mundo, con más de 11 millones de km2 si se incluye el Sahel, una superficie mayor que el continente australiano. Tiene una gran diversidad topográfica –desde altitudes por debajo del nivel del mar, hasta montañas de más de 3000 m–, y un clima heterogéneo.

Asimismo, su límite sur con el Sahel constituye la transición entre dos regiones biogeográficas (el paleártico y el afrotropical), y se extiende por más de diez países considerados en vías de desarrollo y con una gran inestabilidad política y social.
“Las zonas más desprotegidas son las interiores y centrales del desierto donde el acceso, por diversas razones, es más difícil”, resalta Abáigar.
Áreas de especial protección
Las zonas de especial protección que se regulan por tratados o convenios específicos son el Ártico y la Antártida.
Según los científicos, estos últimos son lugares en los cuales el cambio climático va a ir dando pistas sobre su evolución y alcance. “En este sentido –añade la científica– es importante estar atentos para ir previniendo sus efectos”.
Aprender de los desiertos, conocerlos mejor y estudiar sus adaptaciones biológicas, ecológicas y de comportamiento ayudará también a este propósito porque, en su mayoría, contienen especies que han evolucionado ya en un ambiente estresante.
“Su biodiversidad ha aprendido a aprovechar unos recursos que han sido, son o van a ser limitantes o extremos como es la escasez de agua, las temperaturas, el viento o el nivel de insolación”, concluye Abáigar.

Referencia bibliográfica:
S. M. Durant et al. “Fiddling in biodiversity hotspots while deserts burn? Collapse of the Sahara's megafauna”. Diversity and distributions:1-9, 2014.

Vía: SINC, 12/02/2014
F:http://ww//w.agenciasinc.es/Noticias/La-biodiversidad-del-Sahara-en-peligro-por-el-olvido-de-los-desiertos-co/mo-areas-protegidas

jueves, febrero 13, 2014

Los hongos pueden determinar el futuro del dióxido de carbono almacenado en suelos

Cuando los científicos debaten sobre el cambio climático global, a menudo se concentran en la cantidad de carbono que hay en la atmósfera y en la vegetación. Pero lo cierto es que el suelo contiene más carbono que el aire y las plantas combinados. Esto significa que incluso un diminuto cambio en el grado de almacenamiento del carbono en el suelo podría tener consecuencias importantes para la atmósfera de la Tierra y para el clima.

Una nueva investigación realizada por Colin Averill, de la Universidad de Texas en Austin, Adrien Finzi de la Universidad de Boston, ambas instituciones en Estados Unidos, y Benjamin Turner, del Instituto Smithsoniano de Investigación Tropical (STRI) en Panamá, apunta hacia un inesperado regulador del contenido de carbono en el suelo: los hongos. Los hongos son los grandes olvidados en las mediciones y estimaciones que se han venido haciendo sobre la capacidad de los suelos para almacenar dióxido de carbono (CO2).

Lo descubierto en esta investigación sitúa a los hongos en primer plano de la problemática del CO2 y en el centro del debate científico sobre cuál es el modo más factible de aprovechar al máximo la capacidad de los suelos para retener a este gas de efecto invernadero.

En estudios anteriores, se llegó a la conclusión de que la degradación de los suelos, el clima y la productividad de las plantas eran los más importantes reguladores del contenido de carbono en los suelos. Sin embargo, lo descubierto ahora por Turner, Averill y Finzi, sugiere que la biología del suelo ejerce un papel aún más importante. Algunos tipos de hongos simbióticos pueden llevar a un 70 por ciento más de carbono en el suelo por unidad de nitrógeno. El papel de estos hongos no se ha tenido en cuenta en los modelos climáticos empleados para hacer pronósticos sobre el calentamiento global.

La mayoría de las plantas se asocian con hongos de un tipo beneficioso. En esta clase de relación, la planta aporta carbono al hongo, y éste le aporta ciertos nutrientes a la planta. Las relaciones de este tipo se pueden agrupar en tres grandes clases: Las micorrizas arbusculares, las ectomicorrizas, y las micorrizas ericoides. La más común es la micorriza arbuscular, que se da en el 85 por ciento de las familias vegetales, mientras que las micorrizas ericoides y las ectomicorrizas se presentan en unas pocas familias comunes.

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Ejemplo de ectomicorriza: Un hongo asociado a las raíces de una cicuta. (Foto: Colin Averill)

Tras numerosas ejecuciones de modelos digitales con más de 200 perfiles de suelos de todas partes del globo terráqueo, los autores del nuevo estudio encontraron que los suelos con presencia de comunidades del tipo micorriza ericoide y del tipo ectomicorriza contenían un 70 por ciento más de carbono por unidad de nitrógeno que los suelos con comunidades del tipo micorriza arbuscular. El efecto es significativo a escala global, porque es independiente del rango común de valores en variables tales como la acumulación de biomasa, la temperatura, la precipitación y el contenido de arcilla de los suelos.

La marcada diferencia que hay en el nivel de carbono incorporado a suelos entre los ecosistemas con ectomicorrizas y micorrizas ericoides, y los ecosistemas con micorrizas arbusculares, se debe a la manera en que los hongos de cada tipo adquieren los nutrientes.

Los hongos de las comunidades micorrizas ericoides y ectomicorrizas producen enzimas que les permiten acceder a formas orgánicas de nitrógeno que no están disponibles para los hongos de las comunidades micorrizas arbusculares. Al apropiarse de buena parte de la cantidad de nitrógeno que hay en la materia orgánica del suelo, los hongos de comunidades micorrizas ericoides y ectomicorrizas limitan la actividad de los microorganismos que descomponen la materia orgánica muerta y que devuelven carbono a la atmósfera. Estos microbios dependen del nitrógeno, y cuando su acceso al mismo mengua por la acción de sus rivales los hongos, no pueden prosperar como lo harían con nitrógeno extra, y su actividad global en el suelo queda notablemente limitada. El resultado es que más carbono se conserva en el suelo.

Las comunidades micorrizas arbusculares no causan tantas restricciones a la actividad de los microbios que descomponen la materia orgánica. El resultado en este caso es que menos carbono se conserva en el suelo.

Información adicional

Vía: Noticia de la Ciencia, 14/02/2014
F:http://noticiasdelaciencia.com/not/9517/los_hongos_pueden_determinar_el_futuro_del_dioxido_de_carbono_almacenado_en_suelos/