Tamadaba, la parte alta del Andén Verde y
la cumbre de Tauro, con hasta 150 endemismos por kilómetro cuadrado,
son las zonas con mayor diversidad vegetal de la Reserva de la Biosfera
de Gran Canaria, por encima incluso de Inagua y Güigüi, los dos núcleos
centrales de ese espacio natural protegido. Esta es una de las
conclusiones de un proyecto para determinar el código de barras
molecular de las 205 especies autóctonas de la Isla, realizado por
personal de Jardín Botánico Viera y Clavijo durante los últimos tres
años.
Esta investigación fue dada a conocer ayer por la
consejera de Medio Ambiente del Cabildo, María del Mar Arévalo, durante
la presentación de la plataforma GreenTank, una nueva herramienta creada
en colaboración con el Ministerio de Agricultura y la Fundación Amurga
para divulgar todas las informaciones sobre la biodiversidad de Gran
Canaria
El territorio que ocupa la Reserva de la Biosfera se ha
dividido en 754 cuadrículas de un kilómetro y se han contabilizado las
especies vegetales que existen en su interior, con el resultado de que
la mayor riqueza de flora endémica se encuentra en las zonas más
inaccesibles para el hombre, como los bordes del pinar de Tamadaba y la
finca de Tirma, entre los municipios de Agaete y Artenara, o la parte
alta del macizo de Tauro, en Mogán, según explicó el biólogo July
Caujapé, quien resaltó que esta investigación "ha permitido identificar
las zonas que son susceptibles de la máxima protección".
Gran
Canaria se convierte así en uno de los territorios mejor estudiados de
España en cuanto flora y en el futuro se pretende ampliar el campo de
investigación a toda la isla y con mayor precisión, con cuadrículas de
500 metros. Estos y otros resultados se expondrán en la próxima reunión
mundial de las Reservas de la Biosfera, que celebrará en junio en
Estonia.
El estudio han permitido conocer el ADN de 205 especies
autóctonas y conocer la diversidad taxonómica y filogenética de las
tres categorías en que se dividió la Reserva de la Biosfera de Gran
Canaria: los dos núcleos (Inagua y Güigüi), las zonas de amortiguación y
las de transición. Para sorpresa, las zonas con mayor diversidad no
está en ninguno de los dos núcleos, sino el borde del norte de la Isla.
El
proyecto, denominado Desarrollo del Código de Barras Molecular para la
Flora de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria, se inició en 2009 y
fue adjudicado a la Fundación Amurga. Su presidente, Pedro Agustín del
Castillo, señaló que la plataforma GreenTank "permitirá que todas estas
investigaciones sean compartidas en otros lugares del planeta utilizando
las nuevas tecnologías".
"El Archipiélago es un rincón del mundo
que esconde muchos tesoros medioambientales y cuidar estos regalos de
la naturaleza es cuestión de todos; no solo repercute en la vida diaria,
sino que además es clave para mantener nuestra principal industria, el
turismo, pues la belleza de nuestra tierra es una de los principales
atractivos que podemos ofrecer", recalcó.
Arévalo recordó que el
proyecto ha costado 329.000 euros y consideró que sus resultados lo han
convertido "en una inversión rentable para el interés general".
Jesús Montesdeoca
Vía: La Provincia, 22/05/2013
F:http://www.laprovincia.es/gran-canaria/2013/05/22/reserva-biosfera-descubre-tamadaba-cuenta-flora-rica/533053.html
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