El declive global en las poblaciones de carnívoros podría envalentonar a
los herbívoros a consumir con frecuencia cada vez mayor vegetales a los
que no se atrevían a acercarse por miedo a los primeros, y un resultado
de esta nueva tendencia puede ser un incremento de pérdidas en la
biodiversidad de vegetales, según una nueva investigación.
El equipo internacional del zoólogo Adam Ford, de la Universidad de la Columbia Británica
en Canadá, utilizó seguimiento por GPS y experimentos de alimentación
para medir cómo el miedo de unos antílopes africanos (impalas) hacia sus
depredadores naturales, así como los patrones de crecimiento de plantas
con espinas, se combinan con el resultado de cambios en la vegetación
del entorno. Las defensas esgrimidas por las plantas, como por ejemplo
espinas, influyen en qué parcelas de vegetación escogen los herbívoros
para alimentarse. El nuevo estudio confirma que otra influencia
importante viene de la presencia de carnívoros, como los leopardos, en
zonas de vegetación.
A medida que las actividades humanas continúan reduciendo las poblaciones de depredadores, los herbívoros como el impala cada vez se alimentan más en áreas de vegetación que antes eran demasiado arriesgadas para ellos. Al disponer de más vegetación, estos animales escogen la mejor, que no es la que tiene espinas. La consecuencia de esto es que las plantas espinosas son cada vez más abundantes allá donde los carnívoros son cada vez más escasos.
Según unos cálculos recientes, más de tres cuartas partes de las 31 especies de grandes carnívoros del mundo se hallan en declive, y 17 de las especies ocupan menos de la mitad de sus respectivas áreas de distribución geográfica históricas. Cabe pues deducir, a la luz de las conclusiones del estudio hecho por Ford y sus colegas, que la vegetación espinosa tenderá a aumentar en tales áreas, mientras que la mejor comestible tenderá a disminuir.
A medida que las actividades humanas continúan reduciendo las poblaciones de depredadores, los herbívoros como el impala cada vez se alimentan más en áreas de vegetación que antes eran demasiado arriesgadas para ellos. Al disponer de más vegetación, estos animales escogen la mejor, que no es la que tiene espinas. La consecuencia de esto es que las plantas espinosas son cada vez más abundantes allá donde los carnívoros son cada vez más escasos.
Según unos cálculos recientes, más de tres cuartas partes de las 31 especies de grandes carnívoros del mundo se hallan en declive, y 17 de las especies ocupan menos de la mitad de sus respectivas áreas de distribución geográfica históricas. Cabe pues deducir, a la luz de las conclusiones del estudio hecho por Ford y sus colegas, que la vegetación espinosa tenderá a aumentar en tales áreas, mientras que la mejor comestible tenderá a disminuir.
Vía: Noticias de la Ciencia, 19/11/2014
F:http://noticiasdelaciencia.com/not/11986/mas-plantas-con-espinas-y-menos-vegetales-facilmente-comestibles-el-efecto-de-la-desaparicion-de-carnivoros/
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