Que el clima mundial sea algo cambiante no es una novedad, sin
embargo, la precisión de las predicciones globales podrían estar
enfrentando un punto de giro. El científico suizo Raphael Neukom
encabezó un estudio del que participaron científicos argentinos y de
todo el mundo, con el objetivo de analizar la variabilidad climática
entre los dos hemisferios, a la luz de una enorme compilación y
comparación de distintos tipos de datos. Los resultados fueron
publicados en Nature Climate Change de marzo.
“Las reconstrucciones climáticas hasta la fecha habían presumido la
existencia de coherencia en los procesos de circulación atmosféricos
entre los dos hemisferios. Ahora con esta investigación internacional se
ve, por primera vez, que el hemisferio sur no tiene la misma dinámica
interna que el norte, lo que cuestiona el modelo con el que se venía
trabajando”, comenta Ignacio Mundo, unos de los investigadores del
CONICET que participó del estudio.
Como parte del equipo encargado de aportar los datos del hemisferio
sur, Ignacio Mundo y Ricardo Villalba, investigadores del CONICET en el
Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales en
Mendoza (IANIGLA, CONICET), contribuyeron a los más de 300 registros que
se utilizaron con series de ancho de anillos de árboles patagónicos.
“Si bien no es la primera vez que se hace una reconstrucción global,
sí es la primera que toma una cantidad tan grande de registros para el
hemisferio sur. Todas las anteriores estaban basadas en datos y
modelados obtenidos en el norte, por lo que históricamente los modelos
climáticos de todo el mundo se desarrollaron en función de ese
conocimiento relativamente sesgado”, comenta Villalba, quien también es
director del IANIGLA.
Además de los datos provistos por el equipo argentino, el estudio
vincula registros marinos, sedimentos acumulados en el fondo de lagos,
testigos de hielo de la Antártida, arrecifes de coral y documentación
histórica, como bitácoras de barcos de la época colonial, entre otros.
Toda esta información permitió a los investigadores tener una mejor
interpretación de cómo fue el clima de los últimos mil años en el
hemisferio sur y contrastarlo con los modelos predictivos calibrados
para el hemisferio norte.
El resultado: un nuevo esquema de variabilidad climática global del
último milenio que evidencia que los modelos previos sobrevaloraron la
sincronía entre ambos hemisferios al subestimar la influencia de la
dinámica océano-atmósfera, un factor determinante en la dinámica interna
del hemisferio sur.
Araucarias en Pampa de Castro, Cuenca del Lago Rucachoroi, Parque Nacional Lanín. (Foto: gentileza investigadores)
Mundo y Villalba aportaron su conocimiento y experiencia en
dendrocronología, es decir proveyeron datos de los anchos de anillos de
árboles y arbustos de Patagonia que permiten entender cómo respondieron a
distintos factores climáticos y ambientales a lo largo de los siglos, y
en función de esto inferir el clima del último milenio.
“Partamos de que los árboles, como todos los seres vivos, responden a
las variaciones del ambiente en el que crecen y se desarrollan. El
ancho de los anillos de crecimiento nos permite inferir indirectamente
cómo fueron las condiciones en las cuales crecieron como por ejemplo,
las temperaturas, precipitaciones y a partir de estas series de
crecimiento realizar reconstrucciones climáticas, de historia de
disturbios e incluso de caudales de ríos”, explica Mundo.
Según el investigador, los árboles crecen más cuando las condiciones
ambientales son favorables en función de los requerimientos intrínsecos
de la especie, es decir que invierten más de sus productos de la
fotosíntesis en madera. En cambio, cuando las condiciones son más
adversas, rigurosas o extremas, aportan menos energía al crecimiento
radial.
“Comparativamente se observa una mayor sincronía en la variabilidad
climática de los hemisferios en el último siglo que en el último
milenio. Esta sincronía de los últimos cien años, visible en la marcha
de las temperaturas hemisféricas, se relaciona fuertemente con la
actividad antrópica”, señala Mundo.
Las variaciones del sistema climático mundial resultan de las
interacciones entre la dinámica interna y específica de cada hemisferio,
caracterizada por factores como El Niño o la circulación de los
océanos, y ‘forzantes’ externos, tales como la radicación solar, las
erupciones volcánicas que afectan a ambas mitades del planeta y la
emisión de gases invernadero por acción del hombre.
Los investigadores del IANIGLA señalan que dado que en el pasado la
influencia antrópica era menor, la variabilidad interna de cada
hemisferio era mayor, es decir que a pesar de que somos una sola tierra
hay variación entre los patrones de circulación atmosféricos de cada
lado del Ecuador.
“En el trabajo concluimos que la variabilidad climática es de origen
interno, lo que explicaría la autonomía relativa de cada hemisferio a lo
largo del último milenio. Los modelos anteriores sobreestimaron la
influencia de los factores externos en la variabilidad climática, lo que
repercutió en una capacidad predictiva muy sesgada hacia la circulación
atmosférica general muy reducida a los datos conocidos del norte”,
destaca Villalba.
Por su parte, Mundo señala que este trabajo da una imagen de cómo en
los últimos 40 años se dio una tendencia de incremento sostenido de la
temperatura en ambos hemisferios. Algo que se observa con más detalle
ahora, aunque ya desde comienzos del siglo pasado se observa una
tendencia marcada en este sentido, relacionada con el proceso de
industrialización a escala global.
“Sin duda este trabajo en colaboración es resultado de la apertura
que ha tenido la ciencia argentina en los últimos años, lo que ha
permitido que vengan científicos de otros países a trabajar en nuestro
país y que científicos argentinos vayan al exterior. Es un ejemplo del
éxito de fortalecer las relaciones internacionales, no sólo norte-sur
sino dentro del mismo hemisferio”, destaca Villalba. (Fuente:
CONICET/DICYT)
F:http://noticiasdelaciencia.com/not/10648/analizan-la-variabilidad-climatica-entre-los-dos-hemisferios-en-el-ultimo-milenio/
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