La ciencia considera que las islas suelen comportarse como sumideros de
biodiversidad, callejones sin salida que atrapan a las especies que
llegan a ellas hasta que evolucionan y se convierten en rarezas, pero
los lazos de la flora marroquí con Canarias empiezan a cuestionar ese
paradigma.
Fuerteventura y Lanzarote, la islas más antiguas del archipiélago,
emergieron del océano hace unos 21 y 19 millones de años y desde el
mismo Mioceno empezaron a ser colonizadas por flora de la costa africana
-y de otras regiones geográficas no tan próximas- que se aclimató a sus
hábitats, fue pasando de isla en isla y acabó generando con el tiempo
cientos de endemismos.
Es el mismo proceso que se ha producido en otros archipiélagos
oceánicos del planeta como Hawai, Galápagos, Azores o Madeira, con el
añadido en el caso de la Macaronesia de que las glaciaciones que
cubrieron de hielo Europa y el norte de África durante varios milenios
convirtieron a Canarias en un refugio templado para múltiples especies
que desaparecieron de los continentes, explica a Efe el responsable del
Departamento de Biodiversidad Molecular y Banco de ADN del Jardín
Canario Viera y Clavijo, Juli Caujapé.
Este centro del Cabildo de Gran Canaria, asociado al CSIC, lleva años
revisando los parentescos de la flora endémica de las islas con las
plantas de la costa que se extiende desde Agadir (Marruecos) hasta el
sur de El Aaiún (Sahara), una franja litoral cuyos ecosistemas y clima
guardan muchas semejanzas con Canarias.
Los estudios moleculares disponibles corroboran que más de un 25 % de
la flora canaria procede de antepasados del noroeste de África que
dieron el salto a las islas hace millones de años, pero también revelan
que, por lo menos en una veintena de casos, el viaje ha sido de ida y
vuelta, de modo que hoy existen especies vegetales arraigadas hace
tiempo en la costa africana cuyo ADN prueba que descienden de linajes
canarios.
Los botánicos llaman a ese fenómeno "retrocolonización", o "efecto
bumerán". "Lo que estamos viendo con datos moleculares es que en muchos
casos, más de los que pensábamos, elementos de la biodiversidad canaria,
endémica o nativa, han contribuido a la composición florística del
continente africano", relata Caujapé, que cita los casos de la Matthiola
bolleana (o alhelí canario), algunos coranzoncillos del género Lotus o
Convolvulus parientes del guaydil.
Este experto en biología molecular subraya que los descubrimientos que
está realizando el Jardín Canario con ayuda del Jardín de La Orotava
(Tenerife) y otros centros suponen "un cambio de paradigma", una
enmienda desde Canarias a la tesis de los sumideros de biodiversidad,
que demuestra que "las islas también pueden ser fuentes de biodiversidad
para territorios continentales".
El análisis genético les sugiere que el retorno de algunas especies
botánicas canarias a la tierra de sus ancestros se produjo hace miles o
millones de años, gracias a la proximidad de las islas al continente,
pero persistía la duda de cuál fue el mecanismo que lo propició, ya que
los vientos dominantes en Canarias soplan hoy en día desde el Nordeste
(Alisios) y el Este (del desierto de Sahara).
"La explicación más plausible podría haber sido que la flora
involucrada en esos fenómenos hubiera sido dispersada por aves que
volvían al continente, pero hemos comprobado que en los grupos en los
que sospechamos que la retrocolonización parece haber sido importante,
este no es el caso", apunta este investigador.
De hecho, enfatiza, "solo una pequeña porción de la flora endémica actual de Canarias es dispersada por aves".
La respuesta a ese enigma reside en los gigantescos cambios que
provocaron en el pasado las distintas glaciaciones, que alteraron
también corrientes oceánicas y vientos, y estaba descrita desde 1992 en
un trabajo publicado por dos científicos franceses.
"Muy poca gente le prestó atención", relata Caujapé, "pero ese trabajo
demuestra que durante muchas ventanas climáticas del Plioceno y el
Pleistoceno, los vientos Oeste-Este (es decir, de las islas hacia la
costa africana) pudieron ser dominantes en Canarias".
Así que, según esa tesis, es factible que los vientos del Oeste permitieran el retorno de algunos elementos de la flora.
En cualquier caso, la proximidad a África hace que las especies
vegetales exclusivas de Canarias "sean mucho más diversas genéticamente
que las de la mayoría de archipiélagos oceánicos", lo cual supone una
ventaja en términos de conservación y una "garantía de supervivencia"
ante las incertidumbres del cambio climático.
Vía: Canarias7, 06/12/2013
F:http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=319267
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