La ciencia botánica está de enhorabuena, ya que investigadores
españoles trabajan para evitar la extinción de cinco plantas con flores
endémicas de la península y Baleares, los denominados coloquialmente "linces botánicos", linajes únicos dentro del árbol filogenético de la vida.
Los géneros a los que pertenecen estas plantas están catalogados "en peligro crítico", categoría que antecede a "planta extinta", y además constan de una sola especie y presentan muy pocas poblaciones e individuos.
Su pérdida no genera "alarma social"
pero a nivel científico tendría la misma relevancia que si
desapareciera un lince ibérico, explica la botánica e investigadora del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, (CSIC) Inés Álvarez.
A pesar de su importancia, el mundo vegetal no tiene el mismo impacto en la apreciación de la biodiversidad
por parte de la sociedad que el mundo animal y, además, estas plantas
carecen de utilidad económica y social, destaca la investigadora. "Su
desaparición implicaría la pérdida de riqueza genética a nivel global
del planeta".
Álvarez participa en el "Proyecto Cero" de la Fundación General del
CSIC que se desarrolla en el Real Jardín Botánico de Madrid para
estudiar estas cinco plantas emblemáticas de la conservación vegetal en
España.
La investigadora matiza que estas plantas no tienen asignado nombre vulgar sino que se las conoce por su nombre en latín: Avellara fistulosa, Castrilanthemum debeauxii, Gyrocaryum oppositifolium, Naufraga balearica y Pseudomisopates rivas-martinezii.
Algunos
riesgos que influyen en el declive de estas especies pueden ser de
naturaleza intrínseca como problemas en su reproducción o en la
germinación, destaca la científica, pero también hay que tener en cuenta
los nuevos escenarios asociados al cambio climático en los que sobreviven.
"Hace 100 o 150 años las condiciones climáticas de los lugares donde habitaban estas especies eran diferentes,
lo que en algunos casos podría acelerar la vulnerabilidad de las
mismas". Otro problema añadido son los lugares donde habitan ya que son
espacios únicos, escasos, de un área muy pequeña y a veces poco
protegidos, en los que cualquier perturbación podría extinguirlas,
destaca Álvarez.
Es el caso de la Avellara, planta que crece en
marismas y humedales del Parque de Doñana (Sevilla), donde es necesario
la existencia de aguas limpias y condiciones medioambientales especiales
para su desarrollo ya que la destrucción de su hábitat natural podría
jugar un papel importante en la reducción del número de poblaciones.
Castrilanthemum se ha encontrado en las sierras contiguas de Castril
(Jaén), Guillimona (Granada) y Cabrilla (Jaén), pero sólo la población
nacida en la zona granadina se ha mantenido varios años seguidos durante
esta década.
En esta especie de carácter anual se ha observado un alto porcentaje de depredación de semillas -entorno al 55 %- por larvas de díptero, que reduce considerablemente la germinación.
La Gyrocaryum es una planta "esquiva y de aparición caprichosa" -detalla
la experta en botánica- y aunque una de sus amenazas es la
desprotección de los lugares donde habita, podría tener un problema
intrínseco añadido: las flores son poco atractivas a los insectos que
las polinizan y estos prefieren otras más llamativas.
En el caso
de la Naufraga, los estudios sobre ella están muy avanzados y de momento
se encuentra dentro de un programa de reintroducción llevado a cabo en
las Islas Baleares, el problema es que sólo crece en taludes umbríos del
norte de Mallorca.
Por último, la Pseudomisopates es una planta
poco llamativa de la sierra de Gredos (Ávila), que crece en lugares de
pastoreo al abrigo del matorral de montaña. Una de las limitaciones,
manifiesta la botánica, es su baja tasa de germinación debido a la necesidad de cenizas (fuego) que necesita para su propagación.
Vía: Público, 20/09/2012
F:http://www.publico.es/ciencias/442669/cinco-linces-de-la-botanica-en-peligro-critico
2 comentarios:
Sorprendente, como la naturaleza aprovecha todos los recursos para sobrevivir.
Y como el hombre los aprovecha para su extinción.
La Naturaleza siempre sorprendente. Pero ¡ay! aunque, no podemos generalizar, sí que es cierto que se deberían de revisar los protocolos de actuación de manera efectiva y sostenible y no abstracta como sucede en buena parte de las ocasiones.
Saludos
SMGC
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