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miércoles, enero 21, 2009

Unos fósiles desvelan microbios Precámbricos y contribuyen a resolver el dilema de Darwin

Ciento cincuenta años después de la publicación de «El origen de las especies» de Charles Darwin, científicos del Reino Unido han utilizado nuevas técnicas para descubrir fósiles Precámbricos en rocas examinadas a mediados del siglo XIX por John W. Salter, contemporáneo de Darwin.

Los descubrimientos, recogidos en un artículo publicado en «Journal of the Geological Society», añaden más pruebas de la vida antes de la «Explosión Cámbrica», periodo de repentina y rápida diversificación de especies.

El texto publicado por Darwin en 1859, en el cual se explica cómo evoluciona la vida de forma gradual durante millones de años, se basó en una cantidad relativamente pequeña de registros fósiles. En aquella época, el fósil animal más antiguo procedía del periodo Cámbrico, hace unos 540 millones de años. Lo que intrigaba a los biólogos y que se convirtió en el «Dilema de Darwin» era la ausencia de fósiles anteriores a este periodo. Asimismo, la aparición repentina de muchos grupos en los fósiles más antiguos conocidos carecía de explicación.

«A la pregunta de por qué no encontramos ricos depósitos fosilíferos correspondientes a estos [...] períodos anteriores al sistema Cámbrico, no puedo dar respuesta satisfactoria alguna», escribió Darwin. No obstante, estaba convencido de que dichos fósiles acabarían por aparecer, puesto que «sólo una pequeña parte de la Tierra se conoce con exactitud».

Este último estudio, llevado a cabo por el Sr. Richard Callow y el profesor Martin Brasier de la Universidad de Oxford (Reino Unido), se centró en una formación rocosa de Shropshire (Reino Unido) conocida como el supergrupo de Longmynd. El geólogo J. W. Salter, que estudió muestras de esta región durante la década de 1850, sospechó que existían pruebas de la vida Precámbrica escondidas en las rocas. Por desgracia, sólo fue capaz de identificar ciertas marcas inusuales que podrían haber sido producidas por organismos.

«Examinamos todo el material original recopilado por John Salter durante la década de 1850 (en el British Geological Survey), algunos de los especímenes del siglo XIX del Museo de la Universidad de Oxford y también material recopilado por [los paleontólogos de la época] McIlroy, Crimes y Pauley,' explicó el Sr. Callow. «Además, realizamos salidas a varios puntos de Longmynd para estudiar las rocas en su entorno, recoger más material para nuestras propias colecciones y, sobre ellas, aplicar técnicas modernas y realizar otros estudios.

El Sr. Callow y el profesor Brasier examinaron con mayor detalle los icnofósiles de Salter y, por primera vez, desvelaron una gran variedad de fósiles microscópicos excepcionalmente bien conservados. Los fósiles representan formas de vida microbiana que se remontan al periodo Ediacárico, que va de hace 630 millones de años hasta hace 542 millones de años y antecede al Cámbrico.

Los científicos examinaron los materiales mediante microscopios tradicionales (los restos fósiles no suelen percibirse a simple vista) y microscopios electrónicos de barrido (SEM). «También hemos estudiado "secciones finas" de las rocas, que son láminas de roca tan finas que son traslúcidas; al iluminarlas se muestran las características internas», explicó el Sr. Callow.

El examen mediante SEM esclareció la forma y la morfología de alguno de los fósiles y la espectroscopia por dispersión de energía de rayos X (EDX) ayudó a los investigadores a determinar la composición química de los restos fósiles. «Esto nos permitió distinguir tres estilos distintos de conservación fósil», afirmó.

Los descubrimientos son importantes desde varios puntos de vista, según los autores. «En primer lugar, la gran variedad de morfologías fósiles que hemos encontrado indica que puede que existan varios grupos de distintos tipos de microbios, entre los que podrían encontrarse bacterias, algas y puede que hasta hongos», declaró el Sr. Callow. Para que sirva de comparación, se estima que los fósiles Precámbricos descubiertos anteriormente, conocidos como los fósiles de Gunflint, son meramente de origen bacteriano.

Se descubrió que los fósiles se habían conservado de distintas maneras: algunos se comprimieron bajo capas de sedimento hasta que formaron una pequeña película de residuos de carbono en la superficie de la roca, mientras que otras muestras conservadas eran tridimensionales y pueden haberse producido por permineralización. Algunas se conservaron como impresiones y moldes en el interior de capas de sedimento y aparecen como relieves pronunciados, o como una impresión en negativo de los mismos.

Esto indica que «las condiciones para la conservación de fósiles orgánicos habrían sido adecuadas en el Ediacárico, en comparación con otras rocas de periodos anteriores», afirmó el Sr. Callow. «La circunstancia de que estas rocas hayan mantenido ocultos varios secretos durante más de 150 años es algo bastante interesante, como también lo es que las mismas rocas que Darwin identificó como la solución a su "dilema" contengan, de hecho, abundantes pruebas de vida microbiana durante el Precámbrico.»

Los paleontólogos no se ponen de acuerdo en cómo estos microbios lograban mantenerse con vida, pero aventuran que, puesto que vivían en entornos marinos someros, podrían haber sobrevivido gracias a la conversión de la luz en energía (tal y como hacen las plantas), o convirtiendo sustancias orgánicas en energía (tal y como hacen los animales). Los microbios podrían tener relación con las algas, los hongos o con cualquier tipo de bacteria.

Resulta especialmente interesante que los fósiles procedan de una época inmediatamente anterior a la propagación de vida animal de la explosión del Cámbrico, puesto que esto podría ayudar a los científicos a comprender este destacado acontecimiento.

La importancia de los icnofósiles del supergrupo de Longmynd está reconocida desde los descubrimientos pioneros realizados por Salter. Los nuevos descubrimientos, que revelan los secretos de las rocas de Longmynd y sus fósiles extraordinariamente bien conservados, proporcionan una pieza de incalculable valor al rompecabezas de Darwin y constituyen un gran estímulo para los biólogos de la evolución.


Vía:Madri+d 18/01/09

F:http://www.madrimasd.org/noticias/fosiles-desvelan-microbios-Precambricos-contribuyen-resolver-dilema-Darwin/37778

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