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"No se desea lo que no se conoce" (NASÓN, PUBLIO OVIDIO) 43 AC-17 DC

miércoles, julio 18, 2012

El biólogo que descubrió más de 40 especies cavernícolas

Rafael García Becerra es palmero. Si fuera alemán, americano o ruso quizás sería un entomólogo de fama internacional, pero la tierra marca para bien o para mal. Gracias a sus investigaciones se han conocido multitud de especies nuevas para la ciencia y puede presumir de tener una docena de hijos putativos por el mundo. 
Debajo, en el subsuelo de la Isla, miles de diminutos "bichos" se han adaptado a la vida cavernícola. No son animales populares, tampoco despiertan afecto, incluso muchos de ellos son desconocidos para la ciencia. Una de las personas que más conocen sus peripecias en las entrañas de La Palma es el biólogo Rafael García Becerra, "Felo", acostumbrado a mirar bajo tierra para describir todo aquello que se mueve. Por sus investigaciones ya se ha divulgado la friolera de más de 40 nuevas especies.

El entomólogo palmero afirma que el conocimiento de la fauna invertebrada de La Palma "es mínimo. Hay poca información", aunque a él es un mundo que lo apasiona: "Mi hobby es ver la distribución insular de las especies y, de camino, poder descubrirlas. Mientras vas buscando aparecen cosas que no conoces. No solo busco en la superficie sino también en el subsuelo, que me resulta mucho más interesante, ofrece mayor rendimiento porque es más sencillo encontrar especies nuevas para la ciencia en lugares menos estudiados. Aquí en La Palma han estado grandes entomólogos del mundo, que se recorrieron la Isla, pero nunca se metieron en el subsuelo. Los pioneros en meterse por debajo de la superficie fue la gente de la Universidad de La Laguna, las promociones que surgieron a partir de la década de los 80. Yo soy de esas promociones".

García Becerra habla con naturalidad y sin aspavientos de descubrimientos que otros se tatuarían en la frente como carta de presentación. Ni tan siquiera los lleva contados. Simplemente sabe que habrá descubierto más de 40 especies nuevas para la ciencia. "Más de 20 las he descrito yo y otras tantas se las he dejado para otros colegas, amigos, que estaban trabajando en unos determinados grupos. Por el mundo puede haber once o doce hijos putativos míos. Mientras que citas nuevas habré hecho más de 200". Citas son especies que se sabía que existían en otros lugares del mundo pero que se desconocía que también estaban en La Palma. "Muchas han llegado por sus propios medios y otras han sido introducidas por el hombre", advierte.

El biólogo palmero, al que se le "encienden" los ojos cuando habla de sus bichos, tiene en su casa una colección de incalculable valor de animales cavernícolas, aunque no los quiere para él solo: "Me llegan continuamente solicitudes del extranjero pidiendo que les envíe un bichito para sus estudios. Yo los cedo porque sé que estarán en manos de otros especialistas. Luego, los bichos vuelven a casa... Algunos los mando a Estados Unidos". Su trabajo no cesa y en la actualidad está trabajando con cuatro especies desconocidas. "Sé que son nuevas para la ciencia, pero necesito conseguir los machos para abordar la descripción. Todas son del subsuelo, adaptadas al mundo subterráneo. Son de pequeñas dimensiones. Una tendrá sobre los 5 o 6 milímetros y las otras más diminutas, de tres milímetros. Están localizadas en Mazo y en el Norte de la Isla".

Rafael García explica que "una vez que descubres una especie nueva, si tienes suerte y consigues una serie, es decir, un buen número de ejemplares en el que haya machos y hembras, enseguida afrontas el trabajo descriptivo. Pero si no ocurre así, comienza un proceso de trampeo que te puede durar años. Mi récord es estar durante siete años buscando el macho de una especie localizada entre Barlovento y Garafía. En otra, el machadoi, que se lo dediqué a Antonio Machado Carrillo (doctor en Biología), estuve otros cuatro años. La suerte, como en todo, también influye".

En toda labor profesional hay un momento, al menos uno, que nunca se olvida. Que vive siempre en la memoria. En el caso del entomólogo palmero "fue encontrar el saltamontes del Remo (acrostira euphorbiae). Fue un buen churro. Estaba buscando una cosa y apareció otra. La verdad es que iba buscando un escarabajo y con el rabillo del ojo vi unas patitas que abrazaban una rama. Le metí la mano por el otro lado. El bichito se giró y cuando lo vi fue impresionante. Es una especie nueva que está amenazada". La presencia de este animal condicionó incluso la mejora de la carretera del Sur, en concreto en el tramo de 800 metros, por su obligada protección.

Pero no todo son satisfacciones. Y Becerra lo sabe. Aprieta las manos con fuerza, seguro que de forma inconsciente, para denunciar "la falta de controles fitosanitarios". En su momento, fue el experto que alertó de la presencia de picudos en un grupo de palmeras plantadas en los jardines de un complejo turístico, escarabajo que provoca la muerte de la planta. "Fue introducido de forma intencionada. Sabían que las palmeras estaban enfermas y, aun así, las introdujeron", asegura.

No ha sido el único caso. Hace apenas medio año, en diciembre de 2011, "me llamaron porque en un contenedor venían bichos. Eran tijeretas (forficula auricularia) de la variedad que existe en la península", recuerda el biólogo palmero. Venían en un contenedor de uvas. El experto les recomendó "que lo cerraran y lo quemaran" y, sin embargo, "acabó siendo descargado en Los Sauces. ¡Descargaron la uva a pesar de ser un contenedor lleno de tijeretas!, contaminado de bichos". Lo peor es que en un plazo de dos años "ese bicho estará repartido por todo el Norte". Son situaciones "que están pasando continuamente por la falta de un control adecuado" y que alteran, es de las pocas cosas que lo logran, el estado de ánimo de Becerra.
 V. MARTÍN

Vía: El día, 16/07/2012
F:http://eldia.es/2012-07-16/PALMA/7-biologo-descubrio-especies-cavernicolas.htm

miércoles, julio 11, 2012

Reconstrucción del clima de los últimos dos mil años

La dendrocronología (la datación según los anillos anuales de los árboles) proporciona información esclarecedora sobre ciertos aspectos de las condiciones ecológicas en épocas pasadas, entre ellas el clima. Por medio del análisis de dichos anillos, un equipo internacional de investigadores ha reconstruido el clima del norte de Europa durante los últimos dos mil años. Sus hallazgos, divulgados en la revista Nature Climate Change, revelan que la tendencia en el conjunto de este periodo ha sido de enfriamiento climático.

Los autores, dirigidos por la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia (JGU) y procedentes de Finlandia, Alemania, Suiza y Reino Unido, midieron la densidad de los anillos de pinos subfósiles en Laponia (Finlandia) para reconstruir el clima remontándose hasta el año 138 a. C.

«Concluimos que las temperaturas históricas calculadas con anterioridad en relación a la época romana y la Edad Media fueron inferiores a las reales», aseguró el primer firmante del trabajo, el profesor Jan Esper del Instituto de Geografía de la JGU. «Descubrimientos así poseen implicaciones para la política en materia de clima, ya que influyen en la percepción que se tiene de los cambios climáticos actuales si se cotejan con los períodos históricos cálidos.»

¿Es nuestro planeta más caliente en la actualidad que en tiempos romanos y medievales? La paleoclimatología dio a estos investigadores la oportunidad de comprobarlo. El análisis de testigos de hielo y sedimentos oceánicos sirve a los especialistas en la materia para formarse una imagen del pasado, pero los anillos de los árboles también revelan información determinante, y concretamente si las condiciones climáticas de hasta hace dos mil años eran cálidas o frías.

En este estudio, los científicos midieron la densidad de los anillos de pinos subfósiles en la región nórdica mencionada para establecer la secuencia que necesitaban determinar. Según informan, puesto que las mediciones de dicha densidad guardan una relación estrecha con las temperaturas estivales en esta zona geográfica, al borde de la taiga nórdica (es decir, bosque boreal), les fue posible realizar una reconstrucción de las temperaturas de gran precisión.

Afirman haber realizado una representación de gran resolución de los patrones térmicos en períodos cálidos como son la época romana y el medievo y señalan que durante las invasiones bárbaras y la Pequeña Edad del Hielo también hubo etapas frías. Su reconstrucción saca a relucir un enfriamiento de -0,3 grados centígrados por milenio debido a cambios graduales en la posición del Sol y también a un distanciamiento entre éste y la Tierra.

«Esta cifra que hemos calculado podría parecer insignificante -aclaró el profesor Esper-, pero no es nada desdeñable si se compara con el calentamiento global, que hasta ahora es inferior a un grado centígrado. Nuestros resultados apuntan a que, probablemente, la reconstrucción climática a gran escala efectuada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático infravaloró esta tendencia de enfriamiento a largo plazo ocurrida en los últimos milenios.»

 Vía: Cordis, 10/07/2012

lunes, julio 09, 2012

El cambio climático encoge las hojas de las plantas

La investigación, la primera que estudia las alteraciones de las hojas debido al cambio climático, se centró en el arbusto Dodonaea viscosa, que crece en regiones tropicales, subtropicales y templadas de África, América, el sur de Asia y Australasia. 

El equipo, compuesto por investigadores de la Universidad de Adelaida (sur de Australia) y liderado por el científico Greg Guerin, estudió 250 muestras tomadas en los últimos 130 años de arbustos de esta especie criados en cautividad así como 274 muestras de su versión silvestre.

Observaron de este modo que sus hojas se habían estrechado dos milímetros en ese período, una alteración que, según Guerin, podría tener "consecuencias medioambientales más profundas" y que podría deberse a que entre 1950 y 2005 la temperatura en Flinders Rangers, la región del sur de Australia estudiada, subió de media 1,5 grados centígrados.

"Sabemos que cada grado de calentamiento es significativo para el medio ambiente y genera un desequilibrio en él", subrayó Guerin a la cadena británica BBC.

Aunque estudios previos han demostrado que algunas especies australianas podrían evolucionar y sobrevivir al alza de las temperaturas medias, el investigador advierte de que eso no sucederá con todas. Aquellas plantas con una diversidad genética menor o que pertenezcan a regiones aisladas tendrán más problemas para adaptarse al cambio climático, explicó el experto.

Guerin y su equipo tratarán de averiguar ahora si estas alteraciones se producen también en otras especies vegetales.
 
 Vía: Efe verde, 05/07/2012
F:http://www.efeverde.com/contenidos/noticias/el-cambio-climatico-encoge-las-hojas-de-las-plantas/%28language%29/esl-ES

Los daños del cambio climático, palpables en las aguas de El Hierro

Un estudio explica que la erupción reprodujo en el mar las condiciones para entender lo que le puede ocurrir a los océanos como resultado del calentamiento.

Tras la erupción del volcán de El Hierro en octubre del año pasado, se reprodujeron en el Mar de las Calmas unas condiciones idóneas para entender lo que le puede ocurrir a los océanos como resultado del cambio climático: poblaciones de plancton gravemente mermadas, desaparición absoluta de bancos de peces y muchos de ellos muertos en superficie.

También se produjo, sin embargo, la aparición de nuevas bacterias que colonizaron la zona deshabitada. “Es una visión futurista de los mares dentro de 2.000 o 3.000 años con la actual evolución del cambio climático”, explica el investigador Eugenio Fraile, quien ha recopilado el análisis de las aguas herreñas en un trabajo que publica Nature Scientific Reports.

El calentamiento del agua, su acidificación y la pérdida de oxígeno son tres males que ya se han descrito como los principales daños que sufren los ecosistemas marinos a causa del cambio global. En las aguas de la isla canaria, gracias a la erupción volcánica se dieron de golpe las tres circunstancias, convirtiéndolas en el mejor laboratorio para analizar lo que será de los mares. “Es un laboratorio natural, con condiciones reales. Se han tratado de recrear estos cambios físicoquímicos en laboratorio, pero esto es real, es lo que le sucede a uno de los ecosistemas más ricos del planeta”, explica Fraile, del Instituto Español de Oceanografía (IEO).

En la franja comprendida entre los 75 y los 125 metros de profundidad se analizaron las peores condiciones, con una pérdida casi total de oxígeno, unos 3 grados centígrados por encima de la temperatura de la zona y una importante caída del pH, acidificando el agua. Lo mismo que los expertos llaman los “agentes estresores” provocados por el cambio global, factores que alteran gravemente el estado del mar. Tras la erupción, se reprodujeron estos estresores pero en órdenes de magnitud altísimos, los que se darían dentro de siglos si se siguen emitiendo las mismas cantidades de CO2 a la atmósfera como hasta ahora.

“En esas condiciones, la mayoría de los organismos no resistieron; la mortandad fue terrible”, cuenta Fraile, quien realizó cinco campañas (entre noviembre de 2011 y febrero de este año) a bordo del buque oceanográfico Ramón Margalef para este trabajo, aunque ya lleva 12 y con resultados coincidentes. “Sin embargo, también hubo otros organismos unicelulares que supieron adaptarse genéticamente a las nuevas condiciones de temperatura e incluso con altos niveles de cobre”, relata el investigador del IEO.

Además, ocuparon el lugar del plancton muerto bacterias que supieron aprovechar la nueva situación. “No hay que mirar sólo a los animales grandes; también los hay pequeños. Y si surgen nuevos animales pequeños, llegarán los grandes”, concluye Fraile, quien está siguiendo con atención los últimos acontecimientos sísmicos de El Hierro, que avanzan lo que pudiera ser una nueva erupción. “En cuanto comience de nuevo, volveremos a bordo del Margalef a investigar qué ocurre allí”, remata.
 Javier Salas

Vía: Esmateria, 05/07/2012
F:http://esmateria.com/2012/07/05/la-erupcion-de-el-hierro-adelanta-los-danos-del-cambio-climatico-en-los-mares/